
A pesar de que el envío de sondas a Marte ha sido constante en la última década, en la NASA existe nerviosismo por el descenso, dado que la mayoría de los vehículos enviados fueron diseñados para orbitar el planeta y pocos se han aventurado a descender a la superficie marciana.Después de 10 meses de viaje y de recorrer 20 mil 300 kilómetros, la sonda Phoenix desplegará su brazo robótico para tomar muestras del suelo y hielo del polo norte de Marte. Las muestras recolectadas serán analizadas, para luego transmitir la información a la Tierra, dado que los científicos creen que en ese sitio puede existir algún tipo de microorganismos.
Adicionalmente la sonda lleva consigo un par de instrumentos ópticos para mandar imágenes en colores reales de la superficie marciana. Conocer la verdadera gama de colores permite determinar qué tipo de materiales constituyen las diferentes zonas del suelo, dado que a partir de los colores, la NASA pudo determinar la existencia en el pasado de agua líquida en el planeta.
Para Ed Weiler, directorio de misiones científicas de la NASA, "instalar una nave sobre la superficie marciana es arriesgado", dado que menos de la mitad de las misiones que se han propuesto el objetivo de amartizar, lo han logrado sin inconvenientes.
Por ese motivo, especialistas de la ESA ponen especial cuidado en la trayectoria orbital del vehículo espacial Mars Express, que transporta la sonda Phoenix, y que la liberará una vez que ingrese al camino de descenso este 25 de mayo.
Una vez liberada, la Mars Express dará un giro a alta velocidad, que le permitirá continuar en contacto con la sonda Phoenix en todo el descenso, hasta que se pose en la superficie de Marte, para luego comenzar las operaciones de transmisión de información.
En el proceso de descenso, a unos mil metros de la superficie marciana, Phoenix desplegará una serie de paracaídas, para luego encender unos cohetes que frenarán su caída, permitiendo que el artefacto se oriente para que los paneles solares generen más energía.
La misión con la sonda Phoenix, debió realizarse en 2001 pero fue cancelada tras la pérdida de la Mars Polar Lander al llegar a Marte en 1999.
Desde entonces, los ingenieros de JPL han dedicado sus esfuerzos a anticipar y corregir los problemas que pudieran presentarse, así como a adaptar sistemas en vez de crear nuevos, pues han mejorado algunos y han agregado otros. (Con información de agencias y NASA)
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