En las ceremonias de entrega, realizadas en los museos nacionales de Antropología y de Historia, respectivamente, Alfonso de Maria y Campos, director general del INAH, expresó que este organismo público es de los que cuenta con un mayor reconocimiento de parte de la sociedad mexicana, debido en gran parte a la labor encomiable de sus agremiados.
Trabajadores administrativos, técnicos y manuales de la delegación sindical D-III-24, que se han desempeñado por más de 10 años en museos, coordinaciones, escuelas y talleres, por mencionar algunas dependencias del INAH, obtuvieron incentivos que, en opinión del titular de la institución, representan algo más que una obligación contractual.
"La mayoría de los trabajadores, técnicos y manuales del INAH, que se distinguen el día de hoy, tienen más de 25 años de trabajo.
Esto quiere decir que contamos con equipos muy establecidos, que se conocen en las buenas y las malas, de ahí que tenemos la capacidad de afrontar los retos", expresó De Maria y Campos.
"La vida nos presenta desafíos, sin embargo, si la institución es fuerte, como es el caso del INAH, dará una respuesta a la medida de las circunstancias", comentó.
"A lo largo de la historia del Instituto, ha quedado clara la fortaleza de sus mujeres y hombres, técnicos y manuales, junto con los arquitectos e investigadores, formamos una gran familia", explicó.
En estos momentos -abundó De Maria y Campos-, el INAH se encamina a una etapa de mayor definición, calidad y establecimiento del reglamento de la Ley Orgánica, además de la cohabitación de los intereses que representan sus gremios y autoridades, "así, unidos sin excepción, tendremos un mejor resultado".
Ejemplo de la entrega y dedicación de la planta de trabajadores del Instituto, es José Hernández Mendoza, quien fue reconocido por 45 años de servicio en el hoy Museo Nacional de las Culturas, recinto al que llegó a los 21 años de edad y donde colaboró en 1964, en el inventario de piezas arqueológicas que serían trasladadas al nuevo Museo Nacional de Antropología, en Chapultepec.
David Acevedo, secretario general de la delegación D-III-24, manifestó que el esfuerzo diario en las distintas áreas de trabajo, es también una oportunidad para cuestionarse qué se dejará a las futuras generaciones. Trabajar en pro del patrimonio de México -dijo- es, ante todo, una responsabilidad.
"Si realizamos una evaluación podemos constatar que el legado, manifiesto en zonas arqueológicas y museos, ya forma parte de nosotros, es parte de nuestra identidad como mexicanos.
En ese sentido, continuaremos con este impulso, pero también debemos aspirar a más, es necesario entregar un Instituto fuerte y grande", adujo.
Posteriormente, durante la entrega de reconocimientos por antigüedad a arquitectos, De Maria y Campos expresó que el papel de este gremio es toral en la labor cotidiana de la institución, sobre todo en las ciudades, donde hay una concentración muy grande del patrimonio.
"El papel de los arquitectos es, por un lado, adelantarse a las cosas, para acercarse a las áreas de competencia de los municipios que planean obras, a fin de prever y no tener que actuar cuando ya hay un daño que nos lleva a la pérdida de patrimonio".
En este sentido, el titular del INAH apeló al convencimiento como la mejor vía para proteger el patrimonio.
"Hay que convencer a los promotores de proyectos que pudieran ser nocivos, para poder sustituirlos con medidas correctivas y beneficiosas para el patrimonio cultural.
No hay que imponer la ley, sino la razón", manifestó.
La arquitecta Yolanda Cano Romero, secretaria general de la delegación D-II-IA-2, apuntó que el desafío de conciliar modernidad y progreso con la preservación del patrimonio se ha complicado en los últimos tiempos, ante la necesidad de armonizar este objetivo con el desarrollo turístico y económico.
Además, hizo un llamado a una mayor actualización, especialización y capacitación del personal en la materia, lo que redundará en acciones con recursos amplios, planificadas y sistematizadas en la preservación del legado cultural.
En la entrega de premios para arquitectos que cumplen varias décadas de servicio en el INAH, se reconoció a Aurelio Andrés Vázquez Aguilar, del Centro INAH-Puebla, y a Carlos Antonio Reyna Lomelí, de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, por 30 años de labor.
Recibieron medalla de plata con baño de oro y una reproducción en plata de la Cabeza de Pakal.
También se premió a Diana Guerrero y Raúl González, por 20 años de trabajo, así como a Begoña Garay, Martha Robles, Norma Rodrigo, Marco Antonio Romero y Roxana Galindo, por más de 10 años de actividad en el INAH.(Con información de Notimex/JOT)


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