
México, 23 de octubre.- El indómito y extenso paisaje del desierto chihuahuense se asocia tanto a formas primigenias representadas en rocas, como a diseños de exquisita geometría que fueron pintados sobre la cerámica de la ciudad prehispánica de Paquimé.
Todas estas imágenes han sido compiladas en un estudio descriptivo realizado por los arqueólogos Arturo Guevara y Francisco Mendiola. Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) son los autores de Geometrías de la imaginación: Iconografía de Chihuahua, edición Conaculta-Instituto Chihuahuense de la Cultura. Encierra tras las imágenes ideas religiosas y algunas prácticas de los antiguos pobladores de esta entidad norteña.
Para Arturo Guevara, del Centro INAH-Chihuahua, este libro facilita el que los visitantes de sitios arqueológicos, artistas, estudiantes y el lector en general, obtengan "una mejor comprensión sobre los vestigios, lo cual seguramente aumentará su respeto hacia los mismos". El volumen reúne cientos de figuras que los especialistas han ubicado durante más de 20 años en diversos sitios de la entidad, tanto en cerámica, caso de la de Paquimé; como en el arte rupestre de las Cuevas de las Monas y de los Luises, y cerca del Arroyo de los Monos.
Estas imágenes se dividen básicamente en las de carácter naturalista y las abstractas geométricas. Como un principio de sistematización dentro de su línea de estudio, el maestro Arturo Guevara ha comenzado por clasificar las figuras pintadas y/o grabadas en las rocas. Sólo como un avance, señala que éstas estuvieron asociadas a espacios de carácter sagrado, fueron encomendadas a las deidades locales, o se crearon como una forma de protección.
"Algunas piedras pintadas debieron ser una forma de escritura en proceso de desarrollo, es evidente que varios diseños sintetizan una idea: creencia, forma de culto o deidad específica", comentó al presentar este catálogo. Lo hizo en la XII Conferencia de Arqueología de la Frontera Norte, que tuvo lugar hace unos días en Casas Grandes, Chihuahua. Así, por ejemplo, "hemos localizado representaciones de la Serpiente Emplumada, una de las deidades creadoras de Mesoamérica. No es de sorprender que otros grupos prehispánicos dejaran sentir su influencia en lo que hoy es Chihuahua.
En ese sentido, cerca del Arroyo de los Monos existen petrograbados que aluden a deidades propias de los hopis y zunis, del suroeste de Estados Unidos". "También suponemos continuó- que algunos de los diseños tuvieron un uso práctico, a manera de señalización. Cabe citar que en el municipio de Madera, el signo del agua fue grabado cerca de manantiales y otros depósitos del vital líquido para facilitar su localización".
Más que representaciones realistas, aquellos creadores buscaron estilizar imágenes y significar objetos, personas, animales, paisajes y fuerzas de la naturaleza. Constituyen pues, los primeros diálogos artísticos del hombre en Chihuahua con el medio que le rodeaba. Las imágenes y símbolos dejan fiel testimonio que estos grupos portadores de herramientas rudimentarias y dedicados a la caza y recolección en su mayoría, alcanzaron destacadas formas plásticas de expresión en su esfuerzo por comunicarse y congraciarse con la naturaleza, con lo sagrado y con otros hombres.
Dispersos a lo largo y ancho de todo el territorio del actual estado de Chihuahua, este acervo constituye un valor histórico incalculable dado el legado cultural que representa. "Tenemos asentamientos muy importantes, como Paquimé, pero los grupos de cazadores-recolectores también dejaron gran cantidad de símbolos que hablan de la riqueza y diversidad de la cultura de la región en la época prehispánica y también en la Colonia", señaló Arturo Guevara.
Descubrir estos iconos, realizados hace cientos de años por los primeros grupos humanos que se asentaron en tierras chihuahuenses -dijo-, es una forma de conocer y propiciar la identidad regional, y al mismo tiempo comprobar que los indígenas de la zona cultivaron la pintura y otras artes con muy buen nivel. Geometrías de la imaginación: Iconografía de Chihuahua, de Arturo Guevara y Francisco Mendiola, -concluyó el primero- "no es resultado de una imaginación desbordada, en todo momento consideramos el estudio del material arqueológico, las indagaciones de otros expertos, y su analogía etnográfica a través de narraciones antiguas". (Con información de Notimex/JJJ)

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