24 de agosto de 2014

MÁS SABE EL DIABLO POR FACEBOOK... QUE POR DIABLO / LAS COSAS COMUNES POR: JOSÉ LUIS GARCÍA



Más sabe el diablo por Facebook… que por diablo

Esta frase me la dijo un buen amigo, Miguel Baigts, quien, por cierto, estará dentro de unos días en Chihuahua para impartir una conferencia a estudiantes de bachilleres, sobre uno de los temas que más nos preocupa hoy en día a todos: el manejo de las redes sociales. Cuando entablé por vez primera una conversación con Miguel, supe que estaba frente a uno de los mejores expertos en difusión digital, pero más que eso: un hombre preocupado por lo que estamos haciendo, hoy en día, con nuestra imagen en las redes.

Para Miguel Baigts, uno de los elementos más preocupantes en el manejo de redes es que estamos mintiendo… mentimos por sistema y mentimos para sentirnos bien, no para engañar a otros; el gravísimo problema es ese maquillaje que todos los días intentamos ponernos en la web, sin darnos cuenta de nuestra propia incongruencia que nos lleva, al final del día, a tratar de escondernos detrás de una máscara que todos observan y, lo peor: cualquier nos la puede quitar.

Voy a dejar de hablar de Miguel Baigts porque cuando esté aquí en Chihuahua, nos va a dejar con la boca abierta; creo que se trata hoy por hoy, de uno de los mejores manejadores de redes sociales y de un experto en la web; mis 58 minutos frente a él, hace unos días, me dio la razón en una de las posiciones que sostengo: es impostergable cuidar lo que nuestros hijos hacen en una computadora.

Y esa frase me dejó helado: “Más sabe el diablo por Facebook… que por diablo”. Cierto: nos quejamos de que nos molestan a través de la redes, que hablan de nosotros, que nos sacan la garra, que nos traen en uno y mil enredos, que nos intrigaron, que nos difamaron y… ¿sabes quién tiene la culpa?: casi siempre nosotros, porque nos hemos encargado de decirle al mundo entero (a la web) quienes somos, qué somos y cuánto costamos.


En esta que es la red social más fuerte en la época moderna, Facebook, te encuentras lo mismo el chisme de los amigos que se pelearon anoche después de la parranda, la infidelidad de una conocida, recetas para cocinar pollo holandés que la tarea de Matemáticas I de mañana; te encuentras el pésame para la prima por la muerte de su suegra, el pastel virtual por el cumpleaños de tu ahijado y también te encuentras con el reto para ver quién le poncha las llantas al coche de la maestra de química por las bajas calificaciones que sacaron sus alumnos.

En esta que es la lavandería más impresionante de que se tenga memoria en la humanidad, te encuentras al compañero de banca que tuviste hace 40 años en la primeria del pueblo donde estudiaste, pero también te encuentras una amenaza de secuestro o, si mal nos va, a uno de tus amigos amordazado y con una leyenda que dice: “o me pagan 2 millones de pesos o se los devuelvo en pedacitos”; aquí, en este espacio que fue creado para COMUNICAR, hoy nos podemos encontrar las más grandes incongruencias de que somos capaces. Te explico:

Mañana lunes vas a publicar en tu “muro” una frase linda (y también desgastante) que diga “hoy amanecí verdaderamente creativo. Estoy listo para iniciar la semana conquistando al mundo. ¡Ánimo pueblo¡” Pero el martes tu espacio de Facebook va a amanecer con tu frase así: “qué mal me siento, estoy que me lleva el diablo”. Miércoles: “maldita sea, no puedo con esto, me dan ganas de morirme”. Jueves: “¡ya está llegando el viernes, casi es hora del reventón, viva la fiesta!” Viernes: “para ke fregados me sirve el fin de semana si tengo que trabajar”. Sábado: “estoy cansado, me voy a dormir”. Domingo: “carajo, mañana es lunes de empezar la friega del trabajo”.

¿Te das cuenta? La incongruencia parece ser algo inherente al ser humano, cuando deberíamos, primero, ser congruentes con nosotros mismos. ¿De qué se trata eso de andar publicando tus estados de ánimo en Facebook? ¿A quién diantres le importa cómo amaneciste? ¿A tu mamá? ¿A tu novia? ¿A tus hermanos? ¡¡¡A ti es a quien debe importarle lo que haces tú mismo!!! Pero, lo más lamentable es que creemos que a todos les importa lo que hago y por eso lo publico, pensando en que mis “doscientos mil amigos “ que tengo en la red, me están observando impacientes de saber si fui al baño y todo salió amarillo.



¡Porque esa es otra cosa!: le quieres contar a la gente a qué hora te levantas, qué desayunaste –y hasta foto le tomas a los huevos mal guisados-, con qué pasta te lavas los dientes (hay quien revela que se le olvidó cepillarse después de comer frijoles con chilaquiles y así se va a la escuela o a la oficina), quién te saludó o qué te ordenó hacer tu jefe a primera hora…

Le contamos a la gente, a través del “face”, dónde vamos a comer, quién compró las tortillas de harina y en cuál tienda de qué esquina, cuántos hielos le puse al vaso que se quedó ahí sin lavar desde hace tres días porque la señora del aseo no ha ido en toda la semana… le decimos a las personas qué comí y también que no nos lavamos los dientes por segunda vez en el día y luego a qué cine vamos entrando, qué película voy a ver, cuánto me costó el boleto, le tomo foto a la bolsa de palomitas con doble de mantequilla, nachos con chile jalapeño, gomitas a granel, dos chocolates y, por supuesto, una coca ligth…

Le platicas a la gente (tus seiscientos mil amigos) que ya te vas a dormir y les muestras el mameluco que te vas a poner, y hasta una foto frente al espejo con las cremas que tu prima Lola te recomendó para evitar el envejecimiento prematuro; luego te acuestas y le cuentas a las personas que estás viendo la repetición de “Laura” (¡que pase el desgraciado!) y hasta “platicas” que la psicóloga de la peruana está equivocada con la sentencia que dio al desgraciado…

¿Qué culpa tenemos los 800 mil amigos que vomitaste verde? ¿Qué obligación tenemos de contarte entre los amigos? ¿Porqué sufrimos un día y al siguiente lloramos. ¿Sabes qué hacen los grandes consorcios para reclutar a sus ejecutivos últimamente?: buscan su comportamiento en la red, porque si un día un tipo está feliz y al siguiente está llorando, entonces es bipolar, ¿o no?.


Necesitamos, de veras, tener mucho cuidado con el manejo que le damos a nuestra propia imagen a través de las redes sociales. No es posible que una persona esté radiante de felicidad el lunes y el martes se quiera suicidar. En ambos casos, con frecuencia, no existen motivos, porque en la mayor parte de las veces se trata de reflejar estados de ánimo; maquillajes y máscaras, eso es lo que ofertamos en nuestros muros, pero al final de cuenta, quien verdaderamente nos conoce, sabe bien que estamos mintiendo.

¿Por qué no somos originales? ¿Qué nos cuesta ser congruentes en la vida y en la imagen virtual?. Necesitamos ser los mismos, porque quienes nos observan con un interés político, empresarial o amistoso, tendrán que pensar dos veces sin van a entablar una relación con nosotros; eso de estar feliz en la mañana y en la tarde, cuando se nubla, salir corriendo al campo, subirse a un cerro y gritar que estás deprimido, no habla más que de una persona con un serio trastorno que puede ser incluso mental. ¡Ten cuidado!

Si ya tienes Facebook (no me digas que no tienes), entonces necesitamos ser congruentes, sobre todo cuando se trata de relaciones personales; esta es una pregunta que me hago todos los días, sobre todo cuando algunos amigos (no virtuales) se lucen escribiendo fatalmente y de manera intencional: ¿por qué no somos auténticos en la web? ¿Por qué no somos la misma persona en vivo que en la computadora? Destrozamos el lenguaje impunemente, escribiendo con faltas de ortografía y además cambiando letras por otras. ¿Así quieres que una empresa importante te contrate?

Hablemos con la verdad, sin inventar cosas. La mayor parte de la gente decimos mentiras y te lo compruebo: busca hoy, entre tus amigas, esto que es frecuente: “hoy amanecí muy bonita”. De inmediato sus amigas (amigas-amigas) le van a lanzar los siguientes comentarios, además del obvio like: “siempre eres bonita amiga, por dentro y por fuera” (qué friega le acaba de poner). Pero ella misma, mañana o pasado mañana, va a publicar: “(Hoy amanecí muy fea) y las reacciones van a ser: “¡Ánimo amiga, eres bellísima”… ¿Por qué mentimos? ¿Por qué no somos capaces de decirle a esa amiga… “pues maquíllate parta que no te veas fea”.

Tengamos mucho cuidado con nuestro comportamiento en la red. Es evidente que he puesto ejemplos muy pero muy sencillos, pero los intereses que se manejan en la web, políticos, empresariales, financieros o de relaciones sociales, van mucho más allá de una simple observación… nos están analizando de forma contundente, tanto, que ya hay especialistas, como Miguel Baigts, que afirman que, nosotros solos, nosotros mismos, estamos abriendo la puerta al morbo y cualquier hijo de vecino puede entrar a nuestra intimidad porque les abrimos la casa de par en par y por eso, dice Miguel, “más sabe el diablo por el Facebook… que por diablo”. Te deseo el mejor de los domingos y, cuidado con lo que dices en face… son cosas comunes.

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