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Destacan los temas a elegir:
Albureros: juegos de lenguaje. Me lees y sufres. Artes y oficios: historias de boleros, músicos, meseros, etcétera. Máscaras sociales. Asesinos: el crimen y sus ensayos. Nota roja. Bestiario: faunas diversas. Ciencia ficción: las posibilidades de la ciencia y la tecnología. Domésticos: el hogar y otras domesticidades. Enfermedades: cuentos terminales. Historias venéreas. Gastronómicos: placeres digestivos. Gore: violencia extrema. Placer en la violencia. Locura: lesión del juicio. Melómanos: cuentos al ritmo de duranguense, cumbia, danzón, etcétera. Niños: exploración del mundo infantil. Oníricos: sonambulismos. Los peores sueños y las mejores pesadillas. Trastornos y casos del sueño. Parejas y disparejas: núcleos emocionales, cuentos ardidos y dolidos. Pata de perro: viajes verdaderos y astrales. Pretóxicos y postóxicos: cuentos sobre el influjo de cualquier elixir. Realismo mágico: véanse García Márquez y Macondo. Secretos de familia: incestos, relaciones tabú, perversiones. Omisiones, emisiones, deyecciones y eyaculaciones congénitas. Suicidas: rituales de la propia muerte. Teofánicos: dioses y otras monstruosidades. Relación con dioses privados o particulares. Pensamiento divino. Tribu: cofradías reales y metafísicas. Utopías y distopías: construcción de nuevos imaginarios.
Los concursantes deberán remitir de tres a cinco cuentos breves (no más de 1,600 caracteres tipo 12 puntos en familia Times New Roman) al Centro Toluqueño de Escritores, situado en Plaza Fray Andrés de Castro, edificio A, local 9, C. P. 50000, Col. Centro, Toluca, Estado de México, o al correo electrónico: insomniobreve@gmail.com, con el subject “Primer Concurso de Cuento Brevísimo”, antes del 10 de abril de este año.
Esta convocatoria está antecedida de un taller del género iniciado, precisamente, el lunes 3 por Abelardo Hernández Millán, de seis de la tarde a ocho de la noche, en el Centro Toluqueño de Escritores, con el objetivo de “aprender recursos técnicos y descubrir aspectos motivacionales presentes en la escritura del género”. Qué hermosa paradoja: tanto trabajo para hacer textos tan breves.
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