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Domingo 13 de enero de 2008
La responsable de tal acto de resistencia sonora, la pedagoga uruguaya Alcira Soust, se encontraba en un baño del último piso del inmueble, en donde permaneció los 11 días que duró la intervención, bebiendo agua del inodoro y subiéndose al mismo cada vez que pasaban los soldados. Desde entonces Alcira se convirtió en un personaje entrañable en la FFyL, una leyenda que perduró por casi dos décadas y que gracias al talento de escritores como José Revueltas y Jorge Bolaño pasó de la memoria colectiva al libro.
Años después, mientras buscaba un monólogo, la actriz de origen argentino recordó ese experimento radiofónico y lo rescató. Invitó a Antonio Algarra, su compañero en la Escuela de Teatro del INBA, a desarrollar la adaptación escénica del texto.
Reinventar el mito
Los creadores están convencidos de que toda la gente que estuvo en la FFyL entre 1965 y 1985 recuerda a Alcira. Ahora está olvidada. La están reinventando. Verónica y Antonio recurrieron a testimonios de amigos y conocidos para poder reconstruir el personaje en escena. “Platicamos con una familia uruguaya, que la conocía de su pueblo. También platicamos con secretarias y maestros de la universidad, que la sostenían económicamente. Era un personaje que vivía de la solidaridad. La gente nos contó una y mil cosas: que tenía su jardín en Filosofía y Letras, que bautizaba a los árboles, que repartía papelitos. Hay una mitología muy bonita alrededor del personaje.”
La Alcira que encarnará Verónica es una mezcla entre la retratada por Bolaño en su novela, la que habita en la memoria y los testimonios de sus conocidos y la que propia actriz ha ideado. “No mucha gente, quizá tres o cuatro que conocieron a Alcira, han visto la obra. Hubo una que me dijo que volvió en el tiempo, sobre todo por detalles comunes en el personaje como taparse los dientes.”
En su libro México 68, juventud y revolución, José Revueltas le dedica un texto a Alcira, escrito tras la toma de CU y ante lo incierto de su paradero. El fragmento fue reproducido en el programa de mano de la obra.
Uno de sus amigos dijo que Alcira era fan de Alfredo Zitarrosa, razón por la cual una canción del compositor uruguayo abre la obra. Aunque no estaba planeado, el monólogo se estrena en el 40 aniversario del movimiento estudiantil de 1968.
“Es un personaje a punto de morir, una outsider, una parte de nuestra historia que puede desaparecer.”
1 comentario:
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Lic. Aída C.
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