“Así me ha ido. Me han medido durante 25 años con la vara que yo mido. Han hecho bien y así debe ser”, dice, antes de culminar su café americano. “Así ha sido mi carrera como crítico desde el principio. Hay veces que las críticas, sobre todo cuando son virulentas, duelen, lastiman, confunden, enojan. Un crítico tiene la obligación de respirar hondo, predicar con el ejemplo y ponerse a trabajar. Esas críticas tienen puntos que son perfectamente atendibles”.
A finales del año pasado, el FCE sacó a la venta el tomo, que ha sido blanco de agudas críticas por parte de escritores como Guillermo Samperio y Víctor Manuel Mendiola (“Confabulario”, 12/1/2008).
Se le reclamó no haber incluido a autores como Elena Poniatowska, Sabina Berman y Efraín Bartolomé, entre otros; haber dado más espacio a Enrique Krauze que a Rubén Bonifaz Nuño; o incluso no precisar desde el título que era un diccionario de autor, una antología personal.
Explica las ausencias: la virulencia que mostró con algunos autores en años pasados, ahora le parece injusta. Por eso optó por no incluir esos textos en su Diccionario. De otros tenía textos que no le satisfacían.
“Un crítico, como toda persona, está expuesto a las variaciones del gusto y del estado de ánimo. También nos movemos por intereses bajos, humanos: envidia, soberbia, incomprensión, obnubilación. La vida de los críticos también está llena de remordimiento.”
A otros escritores los excluyó porque hasta la fecha le son indiferentes.
“Es un juicio crítico, subjetivo, personal, parcial, muy probablemente errático o veleidoso, pero así es.”
Al autor de Antología de la narrativa mexicana del siglo XX le sorprenden las críticas al título de su libro.
Si le hubiera puesto enciclopedia, relicario o vademecum, las críticas hubieran sido distintas.
Respecto a la extensión de las fichas, ataja que nunca se propuso hacer un tamaño standard, pues la importancia de un autor no depende de la cantidad de líneas.
Dice que la forma en que un crítico se va formando parte de que las batallas que da con los escritores que lo rodean: amigos, adversarios o maestros.
“La mayoría de las entradas en donde aparecen personas que son mis amigos están llenas de interés, compromiso y generosidad con sus obras, pero también de dudas, críticas y vacilaciones.”
“Si lo que se espera es que uno reniegue de sus amistades intelectuales y para demostrar independencia diga que sus maestros y sus colegas, con los cuales ha hecho vida en común desde hace 25 años, son un horror y dignos de toda repulsión, pues no. Esas críticas no las hay.”
El tomo será presentado hoy, a las 18:30 horas, en el Centro Cultural Bella Época. Estarán presentes Rafeal Lemus, Valeria Luiselli y Geney Beltrán.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario