30-01-2008.
Entrevistado durante la firma de un convenio con la Secretaría de Cultura de la capital, Tiburcio afirmó además que de esta denuncia (de la que no precisó su procedencia) surgirá una postura de la UNESCO al respecto, la cual podría corresponder a una amonestación.
El asunto, señaló, "sigue un proceso, en este momento hay una queja que llegó al Comité de Patrimonio Mundial, quien va a decidir lo que va pasar; quizá habrá un periodo de negociaciones o enviará una misión para hacer una evaluación".
En octubre y noviembre de 2007, el gobierno de la ciudad demolió alrededor de 14 edificios construidos durante los siglos XVIII y XIX y que se ubicaban en en el Perímetro A del Centro Histórico, donde habían sido testigos de momentos importantes en la historia de la capital.
En este momento, agregó, "la UNESCO no tiene nada que ver con el proceso sino una vez que el Comité de Patrimonio Mundial (el cual es independiente y está integrado por 50 países elegidos en la Asamblea General de la UNESCO) decidirá qué hacer y dará instrucciones, pero aún no hay una postura oficial".
No obstante, Tiburcio lamentó el hecho a nombre de la sede mexicana del organismo y consideró que ese tipo de situaciones deberían ser evitadas, "hay todo un mecanismo cuando es declarado una ciudad o centro histórico, la Convención prevé toda una serie de situaciones y reglas que deben ser respetadas", comentó.
Entre los lineamientos firmados por el gobierno federal mexicano, dijo, se encuentra que "no se pueden hacer intervenciones en el área de patrimonio sin previa consultar con la UNESCO".
Hasta el momento, adelantó, "llegó una documentación sobre el asunto", aunque dijo desconocer su procedencia pero puede ser realizada por cualquier persona, "una institución de gobierno, un cómite o una asociación no gubernamental".
Tiburcio negó que la destrucción de los inmuebles pongan en peligro la declaratoria que ubicó desde hace 20 años al Centro Histórico de la Ciudad de México como Patrimonio de la Humanidad.
"Estamos muy lejos de que peligre la declaratoria, esos son casos extremos donde no hay voluntad política y ni voluntad de respetar el patrimonio", concluyó.
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