En su discurso, Botero recordó que las obras solamente trascienden con la belleza y destacó por igual aquellas inspiradas en la alegría y en el sufrimiento humano, aunque hizo más hincapié en las últimas para resaltar los trabajos en que los españoles Goya y Picasso plasmaron la crudeza de las contiendas bélicas.
Por último, tuvo palabras cariñosas para con sus seres queridos ya desaparecidos: "Imagínense mi mamá y mi papá, que están allá en el cielo, deben estar muy felices de tener un hijo doctor, finalmente".
Monterrey es la única ciudad de Latinoamérica que acoge estas obras con las que, según el artista, pudo "sacarse la rabia" ante una conducta "inaceptable" del Gobierno de Estados Unidos.
Además de esa actividad, Botero dictará hoy una conferencia magistral titulada "Arte y política" y visitará una institución que ayuda a niños con parálisis cerebral.
Mañana, viernes, participará en el acto de inauguración de una escultura suya con forma de caballo, de más de 2 metros de altura y 1.5 toneladas de peso, en la plaza principal de Monterrey.
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