NotimexEl Universal
Ciudad de México
Viernes 01 de febrero de 2008.
Con una retrospectiva que implica la exploración del significado vital de la escultura abstracta, el Museo de Arte Contemporáneo Rufino Tamayo inició su ciclo de actividades de 2008 con la instalación, Claudio Girola, Invención y Travesías 1923-1994.
Esta exposición, conformada por 16 esculturas y 31 dibujos del artista argentino, es realizada en colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la Fundación Olga y Rufino Tamayo, lo mismo que la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e instituciones privadas.
Para Girola (1923-1994), la diferencia entre obra y arte es que "la expresión de obra de arte se me ha vuelto incorrecta, porque pienso que el arte no es dependencia de la obra, sino que depende y de qué y cómo se provoca".
Así lo llegó a afirmar el escultor en su texto La dispersa de Trehuac, mismo que dialoga con sus piezas en las salas del museo y además señaló "que lo invisible, es consustancial a toda obra; sin esa cuota de invisibilidad, la obra no es tal, no alcanza su forma".
Bajo la perspectiva de los curadores Cecilia Brunson y Tomás Brown, la visión de Girola revela las posibilidades inventivas del arte abstracto, con la finalidad de desentrañar la relación entre el hecho creativo y sus implicaciones con el espacio.
Brunson consideró en entrevista que la importancia histórica de la investigación de Girola, es "un legado cultural que resulta de casi 50 años de exploración artística, en la que destaca por sí misma, la transposición de construir sobre paisajes, sustituyendo los pedestales".
Cabe señalar que es la primera ocasión en que el trabajo artístico de Girola se presenta en México, por lo que la sociedad de Brunson y Browne prepararon una exposición donde las esculturas están montadas en mesas; mientras que los dibujos se exhiben en atriles para dar un mismo horizonte de la estética gráfica con la escultura.
El génesis de este proyecto comenzó a partir del movimiento Arte Concreto-Invención en Sudamérica que organizó Girola en 1946, quien después de impulsar esta corriente artística se trasladó a Chile para fundar la Escuela de Arquitectura y Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en 1953.
La investigación del artista argentino desembocó en el actual archivo de obras de la exposición, las cuales fueron sintetizadas en un libro, del cual se desprendió la idea de materializar su trabajo en la disposición ordenada de su obra.
Dentro de los sucesos más significativos de la búsqueda entre la relación del arte y la creación de Girola, figura un viaje poético a lo largo del continente americano en 1965, conocido como Travesía de Amereida, este último concepto alude la fusión de las palabras América con Eneida.
Durante los tres meses que duró el trayecto, los actos poéticos que caracterizaron este recorrido gestaron una serie de intervenciones artísticas sobre el territorio americano conocidas como "signos escultóricos", a través de "signos" que surgieron "aquí y ahora", se conformó una marca significativa sobre el paisaje.
La convergencia de la ideología de los artistas se sumó a los postulados del Manifiesto Invencionista formulado en Buenos Aires, Argentina, en 1946, donde se menciona que "la metafísica de lo bello ha muerto por agotamiento: se inaugura ahora la física de la belleza".
Más allá de reconocimientos territoriales, Amereida integró el arte abstracto en la conciencia de Girola, quien a 14 años de su fallecimiento, continúa extendiendo su originalidad en México con una exhibición que permanecerá hasta el 13 de abril.
Esta exposición, conformada por 16 esculturas y 31 dibujos del artista argentino, es realizada en colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la Fundación Olga y Rufino Tamayo, lo mismo que la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e instituciones privadas.
Para Girola (1923-1994), la diferencia entre obra y arte es que "la expresión de obra de arte se me ha vuelto incorrecta, porque pienso que el arte no es dependencia de la obra, sino que depende y de qué y cómo se provoca".
Así lo llegó a afirmar el escultor en su texto La dispersa de Trehuac, mismo que dialoga con sus piezas en las salas del museo y además señaló "que lo invisible, es consustancial a toda obra; sin esa cuota de invisibilidad, la obra no es tal, no alcanza su forma".
Bajo la perspectiva de los curadores Cecilia Brunson y Tomás Brown, la visión de Girola revela las posibilidades inventivas del arte abstracto, con la finalidad de desentrañar la relación entre el hecho creativo y sus implicaciones con el espacio.
Brunson consideró en entrevista que la importancia histórica de la investigación de Girola, es "un legado cultural que resulta de casi 50 años de exploración artística, en la que destaca por sí misma, la transposición de construir sobre paisajes, sustituyendo los pedestales".
Cabe señalar que es la primera ocasión en que el trabajo artístico de Girola se presenta en México, por lo que la sociedad de Brunson y Browne prepararon una exposición donde las esculturas están montadas en mesas; mientras que los dibujos se exhiben en atriles para dar un mismo horizonte de la estética gráfica con la escultura.
El génesis de este proyecto comenzó a partir del movimiento Arte Concreto-Invención en Sudamérica que organizó Girola en 1946, quien después de impulsar esta corriente artística se trasladó a Chile para fundar la Escuela de Arquitectura y Diseño en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, en 1953.
La investigación del artista argentino desembocó en el actual archivo de obras de la exposición, las cuales fueron sintetizadas en un libro, del cual se desprendió la idea de materializar su trabajo en la disposición ordenada de su obra.
Dentro de los sucesos más significativos de la búsqueda entre la relación del arte y la creación de Girola, figura un viaje poético a lo largo del continente americano en 1965, conocido como Travesía de Amereida, este último concepto alude la fusión de las palabras América con Eneida.
Durante los tres meses que duró el trayecto, los actos poéticos que caracterizaron este recorrido gestaron una serie de intervenciones artísticas sobre el territorio americano conocidas como "signos escultóricos", a través de "signos" que surgieron "aquí y ahora", se conformó una marca significativa sobre el paisaje.
La convergencia de la ideología de los artistas se sumó a los postulados del Manifiesto Invencionista formulado en Buenos Aires, Argentina, en 1946, donde se menciona que "la metafísica de lo bello ha muerto por agotamiento: se inaugura ahora la física de la belleza".
Más allá de reconocimientos territoriales, Amereida integró el arte abstracto en la conciencia de Girola, quien a 14 años de su fallecimiento, continúa extendiendo su originalidad en México con una exhibición que permanecerá hasta el 13 de abril.
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