

En España con Federico García Lorca recoge los diarios de Morla Lynch, quien vivió en Madrid durante toda la Guerra Civil española y convirtió la embajada chilena en refugio de perseguidos.
El diplomático chileno ayudó a salvar muchas vidas, tanto durante el conflicto, como tras la entrada en la capital del general Francisco Franco, quien llegó a amenazar con asaltar la embajada por cobijar a seguidores del bando republicano.
El escritor falangista y ministro del primer gobierno de Franco Rafael Sánchez Mazas, fue uno de tantos que salvaron la vida gracias a la ayuda de Morla Lynch, y su historia fue relatada posteriormente en la novela del escritor español Javier Cercas Soldados de Salamina.
Los diarios de Carlos Morla Lynch son, según la editorial Renacimiento, que ahora los publica, "la mejor fuente documental para conocer la vida intelectual española del periodo final de la dictadura de Primo de Rivera y de la Segunda República".
El diplomático chileno consiguió reunir en las tertulias de su hogar madrileño a lo mejor de la literatura española de ese tiempo, en especial a los poetas de la Generación del 27, como Luis Cernuda, Manuel Altolaguirre, Rafael Alberti y su esposa María Teresa León y, sobre todo, a Federico García Lorca, con quien mantuvo una muy honda y cómplice amistad.
La nueva edición está notablemente aumentada respecto a las dos únicas ediciones anteriores (las de la editorial Aguilar de 1957 y de 1958), que sufrieron los embates de la censura franquista, de modo que se restituyen ahora numerosos fragmentos y se introducen algunos apéndices documentales, como el epistolario completo entre Morla y Federico, que incluye una carta hasta ahora inédita.
Páginas de un diario íntimo. 1928-1936 es el subtítulo de este libro de Morla Lynch, quien además de diplomático fue compositor, escritor y humanista, hijo del diplomático, historiador y ex ministro de Exteriores de Chile Carlos Morla Vicuña.
Por las tertulias de su casa madrileña, primero en la calle Velázquez, junto al torreón en el que escribía hasta la madrugada Ramón Gómez de la Serna, y luego en la de Alfonso XII, pasaron también Jorge Guillén, José Bergamín, Vicente Aleixandre, Luis Rosales, Pedro Salinas, Eugenio D'Ors y Salvador de Madariaga.
También los chilenos Pablo Neruda, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, Acario Cotapos e Isaías Cabezón.
El escritor español Sergio Macías Brevis, autor del prólogo de la nueva edición y de otro libro sobre la etapa madrileña del Nobel Pablo Neruda, recuerda que a la casa de la calle Alfonso XII, frente al parque del Retiro, concurría diariamente Federico García Lorca.
"A las nueve de la noche; allí, en un rincón del salón tenía su guitarra que mimaba a los concurrentes. Pero muchas veces tocaba el piano, sólo o con Carlos o junto a Bebé" (Bebé Vicuña, esposa de Carlos), señala Macías en el prólogo.
Algunos de estos contertulios le pidieron a Morla que, tras el asesinato del poeta en la ciudad de Granada, escribiera una obra basada en la amistad que sostuvieron durante aquellos años madrileños.
"Morla se encontraba en la Plaza Mayor cuando oyó la noticia del horrendo crimen. Se quedó paralizado, sin saber qué hacer. No podía creer que su gran amigo que había estado hacía unos días en su casa irradiando alegría hubiese sido asesinado", explica Macías en las primeras páginas de la obra.
El autor del prólogo describe la incredulidad de Morla ante el fallecimiento de Lorca señalando que su mente se negaba a "aceptar tal monstruosidad, pues no hay razón para matar a un poeta que canta al amor, al paisaje y a las virtudes del pueblo español".
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