REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LOS
FESTIVALES CULTURALES
[Carlos Alejandro Ordóñez Villegas]
Después de mucho tiempo es primera vez que en la vida social de Chihuahua tenemos la oportunidad de disfrutar eventos culturales de gran calidad, tanto para niños, jóvenes y público en general. Los dos festivales, el Festival Internacional Chihuahua y el Festival Internacional de la ciudad de Chihuahua, han permitido que la población haga de la cultura un disfrute, al menos en el concepto que en este caso se tiene de ella. Sin embargo para muchos ciudadanos interesados en la actividad cultural, flotan en el ambiente muchas preguntas:
¿Más allá del entretenimiento, qué más podemos esperar de los festivales?
¿Están orientados a satisfacer algún tipo de necesidad
o de expectativa de nuestras comunidades?
¿Hacia dónde se espera transitar con este tipo de actividades?
¿Son realmente detonantes de nuevos procesos culturales?
Preguntas que después de las tres ediciones tal vez puedan ser contestadas. Hay quienes tenemos ideas que tal vez difieran de las oficiales, pero queremos compartir con ustedes.
•Primero, pensamos que los festivales corresponden a un modelo consumista y, por lo tanto, insuficiente de cultura.
•El concepto de cultura que los permea resulta demasiado restringido para otras formas de expresión cultural como la ciencia y la tecnología. Todo se limita al simple espectá-BADWORD-. •Se percibe a las claras una actitud excluyente y discriminatoria hacia la cultura y los artistas locales. Que además con su política de entradas gratis a las funciones de los festivales, se está desmantelando paulatinamente nuestra industria del entretenimiento, que nunca gozó de salud plena, pero lo poco conseguido les llevó muchos años desarrollar a nuestros artistas, principalmente los músicos.
•La sociedad civil ha sido dejada al margen de la planeación, organización y realización.
•Hay un mal control de la distribución del boletaje y de las localidades, porque se aprecia un manejo preferencial.
•Es notoria la deficiente coordinación y comunicación entre los distintos órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal.
•Los platillos fuertes suelen estar revestidos de populismo y nostalgia. En realidad se trata de propuestas carentes de frescura. Con grupos musicales que funcionaron hace treinta años, que ahora regresan con sus parches obligados. Parece que la vanguardia no existe, se desconoce o intencionalmente se la ignora. Hace falta aire fresco.
•Las evaluaciones y sus instrumentos despiertan serias dudas y suspicacias. Lo que no debe dar lugar a dudas es la buena disposición de las instituciones para hacer de la cultura un camino para el desarrollo y una vía para acceder a mejores niveles de calidad de vida. De modo que los festivales pueden ser un núcleo de desarrollo cultural si se reconsideran sus esquemas operativos, y el lugar que hasta ahora ocupan en la dinámica social de nuestras comunidades. Lo que deseamos dejar en claro es la necesidad de diseñar modelos que realmente permitan una construcción colectiva del concepto y de lo que puede ser nuestra cultura.
P. D. Sobre el Festival de las Tres Culturas, de ciudad Cuahutémoc, que fue el primero iniciado en Chihuahua, nos abstenemos de cualquier comentario porque carecemos de la información suficiente para emitir juicios al respecto. Red Cultural Chihuahua
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