El templo ubicado en la periferia de la fortaleza de Sacsayhuamán arroja nueva luz sobre las culturas preincaicas de Perú y revela que el lugar tenía propósitos religiosos, además de militares, según los estudiosos.
Incluye 11 cuartos que se cree albergaban momias e ídolos, dijo el arqueólogo Oscar Rodríguez, jefe del grupo.
El equipo de arqueólogos que hizo los descubrimientos considera que las estructuras preceden al imperio inca, aunque después fueron desarrolladas y expandidas significativamente.
``Pertenecen tanto a la cultura inca como la preincaica``, dijo Washington Camacho, director del parque Arqueológico Sacsayhuamán. ``Los incas llegaron y cambiaron la forma del templo, que inicialmente tenía una arquitectura más rústica``.
Los arqueólogos siguen aguardando las pruebas de datación con carbono, pero Camacho dijo que sus cálculos sobre la edad de las instalaciones están respaldados por referencias históricas como cerámicas y estilo de construcción.
Los Killke ocuparon la región entre los años 900 y 1200 de la era actual, antes de la llegada de los incas.
``Estos descubrimientos recientes enriquecen nuestro conocimiento de Sacsayhuamán``, dijo Lumbreras.
El imperio inca, basado en la antigua ciudad de Cuzco, floreció en la zona occidental de Sudamérica durante el siglo XV antes de que llegaran los españoles.
El templo está a unos mil 500 metros (casi una milla) de los muros zigzagueantes de la fortaleza de Sacsayhuamán, junto a una enorme formación rocosa que se considera uno de los montículos mortuorios de la fortaleza.
``El templo es uno de los más importantes en el sitio de Sacsayhuamán``, señaló Camacho.
El descubrimiento del templo revela ``la naturaleza del ceremonial sagrado de los Killke``, afirmó Lumbreras. ``Antes creíamos que Sacsayhuamán era simplemente una fortificación militar, pero ahora vemos que era un centro ceremonial muy complejo``.
Lumbreras, que ahora trabaja en el Instituto Peruano para el Estudio del Patrimonio Cultural, ha estudiado y excavado sitios arqueológicos de la cultura Wari, que floreció en el sur del país entre el 500 y el 1200 de la era presente.
Parte del templo fue destruido por descargas de dinamita a principios del siglo XX, cuando el sitio se usaba como una cantera de piedra.
Camacho dijo que la calzada, sepultada durante siglos bajo un metro (tres pies) de tierra, posiblemente formaba parte de una red que conectaba los edificios de Sacsayhuamán.
Las nuevas excavaciones, dirigidas por el Instituto Nacional de Cultura de Cusco, comenzaron en junio del 2007 y continuarán por otros cinco años, dijo Camacho.
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