El productor y director de la ópera, Wilhelm Keitel, informó hoy de que sólo se han vendido 750 localidades, una tercera parte de las 2 mil que tendrá el aforo de este provisional teatro y menos de las mil necesarias, a estas alturas del año, para poner en marcha el proyecto.
"Hemos estado a punto de alcanzar nuestros objetivos de venta", afirmó Keitel, quien prevé culminar la última de las cuatro funciones con un espectáculo pirotécnico y una monumental hoguera en la que arderá "de forma controlada" la propia sala de ópera.
El precio de las entradas para el ciclo del "Anillo" wagneriano, apocalíptico, ígneo final incluido, oscila entre 600 y 15 mil euros (entre 900 y 22 mil 500 dólares) y estaba previsto para este otoño (hemisferio norte).
La épica tetralogía, que el compositor (1813-1883) culminó tras un trabajo de 26 años, no es apropiada para una sala de ópera convencional, a juicio de Keitel, ya que superó "todas las dimensiones" del género.
Explicó que su inspiración para la autodestructiva representación fueron las palabras del propio Richard Wagner, que recopiló a través de "muchas de sus cartas".
"Expresó en numerosas ocasiones su idea de construir un teatro de madera en la ribera del Rin, en el que se mostraría su obra durante cuatro veladas, y que después sería pasto de las llamas", afirmó Keitel, que encargó el diseño de la sala operística al arquitecto italiano Matteo Thun.
Tras la última y definitiva representación de "El oro del Rin", "Las Valquirias", "Sigfrido" y "El ocaso de los dioses", el ciclo dedicará una quinta velada a un concierto, sobre las cenizas del teatro, con la inacabada Novena Sinfonía de Anton Bruckner.
Keitel destacó que la principal demanda de localidades para las representaciones del "Anillo", que tendrán un coste de siete millones de euros, procedió del extranjero, de países como Taiwán, Japón y Estados Unidos, gracias a la labor de algunas agencias de viajes internacionales.
"Sin embargo, nos advirtieron de que llegábamos demasiado tarde para la temporada de otoño de este año", apuntó Kietel, quien contempla crear un agencia destinada exclusivamente a la promoción de su espectáculo para el año que viene.
En respuesta a quienes critican la megalomanía y el elitismo del ciclo, Kietel aseguró que también Wagner hubo de enfrentarse a multitud de problemas "para poder sacar adelante sus planes y sus sueños".
El director, quien afirmó que concibió el proyecto hace diez años, ha hecho suya una frase de Wagner ante sus detractores: "Nada hay tan gigantesco como una idea a la que le ha llegado su hora".
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