Así opinó el investigador Abisaí García, quien participó en el programa "Domingos de la Ciencia", de la Academia Mexicana de las Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y quien indicó que este país cuenta con 150 de las 200 especies conocidas en el mundo.
"El peor riesgo que corren los agaves mexicanos es el olvido de muchas de sus aplicaciones por la pérdida de tradiciones culturales", reiteró el investigador del Instituto de Biología.
Indicó que esta situación se agrava con la amenaza de extinción que padecen 18 especies mexicanas de agave, mismas que no son protegidas a pesar que desde hace 10 mil años, en México, se han utilizado como alimento, material de construcción y para la elaboración de bebidas y ropa.
"El agave está fuertemente ligado a la vida de los mexicanos", subrayó durante la conferencia "Tequila, Mezcal, Pulque... y más sobre los agaves útiles de México", impartida en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad.
Refirió que existe evidencia en códices y murales prehispánicos sobre su uso como alimento y pulque, que se consideraba una bebida ritual asociada la diosa del mismo nombre.
El especialista indicó que de las 200 especies que existen en el mundo, distribuidas desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de Sudamérica, siguiendo la cadena de los Andes, México cuenta con 150 especies de ellas.
De las cuales, 14 son las más utilizadas, entre ellas Agave americana, Agave Agustifolia, Agave Cupreata, Agave Durangensis, Agave Inaequidens, Agave Karwinskii y Agave Tequilana.
Además de ser la materia prima para bebidas fermentadas, como en el caso del pulque, o destiladas, como tequila y mezcal, diversas especies de agave se han utilizado para la construcción de viviendas, instrumentos musicales, accesorios (como bolsas de mano, tapetes o huaraches), combustible, jabón y medicina.
El investigador hizo hincapié en el cuidado de los agaves silvestres y recomendó evitar rayarlos, debido a que eso los hace más susceptibles a plagas, así como no quemarlos.
En opinión del especialista, otro grave problema que enfrentan las plantaciones de agave es que, al ser producto de hijuelos (reproducidos de manera asexual), son fácil presa de las plagas; mientras que los silvestres, que se reproducen de manera sexual, al ser polinizados por los insectos, presentan una mayor resistencia genética.
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