Edwards hizo estas afirmaciones a la prensa antes de pronunciar una conferencia con el título "Memoria de Agua", como acto previo a la entrega de premios del concurso de relatos "Cuentos de Agua" que convocó la organización de la Expo Zaragoza 2008 en colaboración con la editorial Laberinto de las Artes y Escuela de Escritores.
El escritor, Premio Cervantes en 2000 y recientemente galardonado con el premio Planeta Casamérica, habló del significado que tiene el agua en la literatura y en la obra de escritores como Pablo Neruda, "poeta del agua inquietante", Octavio Paz, Gabriela Mistral, "poeta de la sed", o Cernuda, "de agua de piletas y jardines".
El escritor también se consideró un "poeta del agua" y puso como ejemplo un libro que escribió basándose en el río Mapocho, junto al que vive, "que crece mucho con el deshielo y luego casi no existe".
Recurrió al libro para construir una historia de "amor adúltero", al entender que "los trastornos de la naturaleza favorecen también los trastornos de la vida privada".
A pesar de haber leído tanto sobre el agua, Edwards aseguró no haber podido extraer ninguna conclusión porque, en el caso de que se pueda, "hay que sacarla con cautela".
Destacó su interés por el nuevo premio que ha instituido la editorial Planeta porque, además de permitirle estar rodeado de escritores jóvenes, facilita llevar los libros "a las dos orillas, a España y a América".
Sobre su obra premiada, "La casa Dostoievski", dijo, -utilizando las palabras de Álvaro Pombo, miembro del jurado-, que "nos entrega la gracia de lo cubano, de la calle, de la canción, de las mujeres cubanas, del mar".
Aunque sólo estuvo en Cuba tres meses como diplomático por sus discrepancias con el líder cubano, Fidel Castro, explicó que su imagen del país caribeño "no ha cambiado demasiado porque una cosa es la vida de la calle, muy atractiva, y otra la oficial que sí que ha cambiado", pero sobre la que descartó opinar.
Sin embargo, sí que habló con satisfacción de su relación con Pablo Neruda, a quien conoció a raíz del primer libro que publicó Edwards con 20 años y tras lo que vendrían "diferentes formas de relación", durante veintiún años hasta la muerte del poeta.
Relató cómo, cuando trabajaba a las órdenes de Neruda en la embajada de Chile en París, un día abriendo juntos el correo apareció una carta caligrafiada a mano de manera "un poco torpe; infantiloide", que no iba dirigida a la sede diplomática sino a nombre de Edwards y, con la dirección de la calle, fue el poeta quien le dijo que eran para él.
Se trataba de una serie de cartas que comenzó a recibir Neruda y de cuya respuesta Edwards nunca supo y sobre la que siente gran curiosidad.
Por ello, considera que fue él el "verdadero cartero" de Pablo Neruda, que entonces era "casi tan viejo como yo", añadió el escritor, de 77 años.
En su encuentro con los medios también habló de la Exposición Internacional que organiza Zaragoza para el próximo verano, pero en la que Chile no participa porque "los chilenos somos así, un poco distraídos".
Él la verá "con mucho interés" porque Zaragoza es una ciudad con la que tiene vinculación desde hace muchos años
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