La modernidad y rápida urbanización de la ciudad de México, no han sido obstáculos para que estos pueblos mantengan sus costumbres, que aún cuando han variado a lo largo de su historia, la esencia la han conservado.
De acuerdo con el proyecto "Los pueblos originarios de la Ciudad de México, Atlas etnográfico", coordinado por Teresa Mora, aún cuando varias de las personas que viven en esos sitios no son originarias del lugar, se han unido a las tradiciones de los pueblos y barrios.
Para la investigadora Teresa Mora, sólo algunas excepciones como el pueblo de Mixcalco o algunos otros en la delegación Cuauhtémoc, han sufrido los estragos de la urbanización y perdido gran parte de las tradiciones.
En contraparte, el sur de la ciudad de México, es donde existe mayor cantidad de pueblos y barrios, donde mejor se conservan las costumbres, incluso algunos han recobrado su nombre original.
Una de las tradiciones que mejor conservan los pueblos, comentó la investigadora, es la gastronomía, basada en el mole, los nopales y el amaranto, y las fiestas patronales, donde los procesos de elección de las autoridades de las celebraciones, siguen siendo igual al de hace siglos, por medio del voto directo.
Según el XII Censo General de Población y Vivienda (2000), existen 117 pueblos y 174 barrios, identificados y reconocidos por diferentes fuentes, distribuidos en las 16 delegaciones que componen la Ciudad de México.
La mayoría, conservan todavía el nombre que les fue asignado en la época colonial, generalmente compuesto por el de un santo católico unido al término náhuatl que originalmente tenía y que suele referirse a algún atributo ecológico de la zona que en la mayoría de los casos es representado por un glifo.
Tenochtitlan ciudad situada en una isla rodeada por el Lago de Texcoco, al noroeste con la ciudad gemela de Tlatelolco, al occidente la de Tacuba y en las orillas con un gran número de pueblos como Azcapotzalco, Coacalco, Culhuacán, Coyoacán, Huitzilopochco, Tláhuac, Tenayuca y Xochimilco, pueblos que actualmente forman parte de la capital del país.
Teresa Mora, especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia comentó que el fin original de este proyecto es dar a conocer una parte de la rica diversidad cultural de los pueblos indígenas que han persistido en las entrañas del Distrito Federal.
Esta obra, dijo, parte de considerar a los pueblos originarios de la Ciudad de México como unidades sociales portadoras de una identidad conformada por su tradición histórica, cultural y política cuya resistencia de las mismas les ha permitido conservar la categoría de pueblos a pesar de los cambios ocasionados durante cinco siglos de crecimiento urbano a su alrededor.
El Atlas está dividido en: Estudios Básicos que son principalmente históricos y etnográficos; Ensayos Temáticos en los que se analizan aspectos con un enfoque teórico particular y se complementa con una serie de recuadros que son trabajos breves que resaltan algún aspecto cultural sobre los temas ya abordados.
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