El Heraldo de ChihuahuaEl Centro Cultural Universitario Quinta Gameros, al otro lado del Paseo Bolívar, dedica una sala a su memoria, en la que se exhiben objetos personales; en tanto que al sur de la ciudad corre el bulevar que lleva su nombre, desde donde termina la avenida Melchor Ocampo hasta llegar al periférico Francisco R. Almada. José Fuentes Mares está considerado entre los más destacados literatos chihuahuenses. Sus estudios de Filosofía y de Derecho lo convirtieron en uno de los mejores escritores de México.
Fue rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua y funcionario en uno de los bancos locales. Impartió conferencias, cursos y seminarios en centros de estudios superiores de México y del extranjero. Fundó y dirigió el periódico Novedades de Chihuahua y trabajó como comentarista del noticiero de televisión 24 Horas en los años setenta. También fue diplomático en España.
José Fuentes Mares nació el 15 de septiembre de 1918, por lo que solía bromear al considerar que "curiosamente, buena parte de los acontecimientos sobresalientes en la historia del país hubiesen sucedido en el mismo mes y día", lógicamente de diferentes años, sin embargo dejó testimonio de que "el amor a la independencia y la rebeldía fueron sus herencias" de haber nacido en esta fecha.
Entre las muchas condecoraciones que recibió a lo largo de su vida se cuenta el Águila de Tlatelolco, de la Secretaría de Relaciones Exteriores; la Medalla Colón al Mérito Literario, del Gobierno español, y la presea Ángel Trías, otorgada por el Gobierno de Chihuahua. Se distinguió como escritor, filósofo e historiador, especializado en el México del siglo XIX y principalmente en el gobierno de Benito Juárez y la relación entre México y Estados Unidos.
De hecho, entre sus obras se cuentan Y México se refugió en el desierto; Juárez y los Estados Unidos, 1960; Juárez y la intervención, 1962; Juárez y el Imperio, 1963 y cerró el ciclo en 1965 con Juárez y la República. Sin embargo, su obra es vasta y de múltiples temas que analiza al detalle. Alguna vez en su juventud intentó escribir teatro y el deseo de hacerlo de nuevo no se apartó de su mente por muchos años. Así, como un reto que debía enfrentar, dedicó parte de sus horas a escribir los libretos de La Emperatriz, Su Alteza Serenísima, La joven Antígona se va a la guerra y una pieza infantil llamada La Patidifusa.
Otras obras que destacan son: Poinsett, historia de una intriga; Las mil y una noches mexicanas; Las memorias de Blas Pavón; Santa Anna, aurora y ocaso de un comediante; México, biografía de una nación y muchas más. "No quiero morir sin intentar cuanto pueda, mientras pueda...", fue una de las muchas frases que escribió a manera de reto y que cumplió, pues fueron tantas las cosas que intentó y llevó a cabo.
Su último libro se tituló Intravagario, autobiográfico, en el que en una sencilla frase expresa su sentir acerca de su devoción por la escritura: "Parar de escribir... es dejar de vivir...".

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