El Heraldo de ChihuahuaA pesar que desde muy niño entró a un colegio dirigido por sacerdotes, no fue hasta los 17 años cuando se sintió atraído por la vocación religiosa, y aconsejado por sus profesores ingresó en el Seminario de Chihuahua, que por aquel tiempo se encontraba en una situación muy precaria, provocando incluso que se quebrantara la salud del santo, quien sin embargo aprovechó el tiempo libre aprendiendo a tocar el piano, el órgano y el violín. Posteriormente, a los 26 años fue ordenado sacerdote en El Paso, convirtiéndose desde entonces en un padre muy querido, ya que entre sus principales preocupaciones estuvo siempre la catequesis para niños. Además incrementó notablemente la adoración nocturna y las asociaciones marianas.
En la década de los treinta la persecución religiosa se recrudeció y el trabajo para todos los sacerdotes se tornó muy difícil e incluso peligroso, ya que querían conseguir a toda costa que la religiosidad no avanzara. Precisamente por eso, en 1934 el padre Maldonado fue preso, maltratado y amenazado por la Policía, y se le desterró a El Paso, aunque movido por su gran pasión pronto volvió a su tierra para continuar su ministerio en poblados y rancherías. Poco le duró el gusto por brindar a los suyos el mensaje de paz del cielo, ya que el 10 de febrero de 1937, justamente un Miércoles de Ceniza, justo cuando terminó de imponer la simbólica cruz en varios de los feligreses, fue apresado por un numeroso grupo de hombres, quienes lo obligaron a caminar descalzo por las calles de la ciudad, hasta llegar a Santa Isabel, donde fue recluido en la Presidencia Municipal, donde fue golpeado hasta perder la conciencia. Más tarde, fue llevado por un grupo de devotos al Hospital Civil de Chihuahua, donde murió la madrugada del 11 de febrero a la edad de 45 años, dejando tras de sí un sinnúmero de manifestaciones pidiendo justicia y, sobre todo, el respeto y la libertad de culto.
Cincuenta y cinco años después de su muerte, el 22 de noviembre de 1992, el padre Maldonado fue beatificado por Su Santidad Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, y posteriormente, el 21 de mayo del 2000, fue canonizado junto con sus 24 compañeros mártires de la persecución religiosa en México, allá mismo en la Plaza de San Pedro, mientras que sus reliquias se encuentran en la Catedral de Chihuahua, donde recibe los honores y reconocimientos de todos los fieles que le recuerdan como un mártir, el único Santo de Chihuahua.

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