El Heraldo de Chihuahua16 de mayo de 2009
A una considerable altura, para mirar desde ahí el bullicio del Centro Histórico y el tráfi co de la ciudad, la imagen de la Victoria sosteniendo una espada hacia abajo recuerda una batalla perdida, pero librada con pundonor y valentía, en la Hacienda de Talamantes.
El monumento de cantera se levanta en una pequeña plazuela localizada en la calle 21, entre Juárez y Libertad, y fue inaugurado dentro del programa conmemorativo del primer centenario de la guerra de Independencia de México, el 16 de septiembre de 1910. Presidió la ceremonia el gobernador interino don José María Sánchez y en la misma se hizo entrega de un diploma alusivo y de una gratificación de 500 pesos a la viuda del capitán Octaviano López, jefe de las fuerzas liberales que perdieron la precipitada acción. Con letras doradas está escrito a sus costados que el estado de Chihuahua honra a sus buenos hijos que murieron defendiendo el orden y la Constitución.
A la memoria de Octaviano López, Ramón Luján, Antonio de la Torre, Jesús María Luján, Pablo Soto, Tomás Meza, Manuel Escudero, Dámaso Jiménez, Feliciano Domínguez y demás víctimas sacrifi cadas en defensa de la humanidad y de la libertad. La estatua se erigió en recuerdo de la acción de guerra que se libró el 18 de enero de 1860 en la Hacienda de Talamantes, en el municipio de Allende. Fue proyectada por los ingenieros Enrique Esperón, José R. Argüelles y Julio Corredor de la Torre, se realizó por iniciativa del gobernador Enrique Creel y costó 5 mil 500 pesos. Julio Corredor es el autor de la construcción de la Quinta Gameros, de origen colombiano, con estudios de arquitectura en Bélgica. Como dato curioso, hace unos treinta años la estatua perdió la cabeza probablemente mientras era remozada y permaneció así algunas semanas, hasta que ésta fue puesta nuevamente en su lugar, mediante un trabajo no muy artístico, que puede notarse si se mira con atención.La batalla: El capitán Octaviano López, originario de Aldama, fue destacado por el jefe político de Hidalgo del Parral a principios de 1860, con una sección de tropas liberales, a detener una partida de conservadores conocidos con el apodo de "tulices" -porque procedían del pueblo de El Teul, estado de Zacatecas-, que al mando del general Domingo Cajén, de origen español, venían a invadir al estado.
En la Hacienda de Talamantes presentó combate, pero fue derrotado y muerto en acción el 18 de enero. Los liberales perdieron 62 hombres. El general Cajén ocupó en seguida las poblaciones de Allende e Hidalgo del Parral, impuso nuevas autoridades de acuerdo con el Plan de Tacubaya y declaró la nulidad de los actos de los gobiernos constitucionales, federal y local, y el restablecimiento de la legislación anterior a la Revolución de Ayutla.
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