
El Heraldo de Chihuahua
9 de julio de 2009
Cada 22 de mayo, la calle Primero de Mayo se cierra desde la avenida Melchor Ocampo hasta el boulevard Gustavo Díaz Ordaz, para llenarse de fiesta y algarabía, de devotos y matachines, de puestos y juegos mecánicos, todo en honor a Santa Rita, considerada popularmente como la Patrona de Chihuahua.
A pesar de que por Derecho Canónico este título corresponde a la Virgen de la Regla, la tradición se impone y cada año, por más de quince días, se realiza la feria más popular de Chihuahua. El lugar donde se levanta el templo de Santa Rita perteneció al primer sacerdote que atendió el Real de San Francisco de Cuéllar, el presbítero José García Valdés, quien instaló una hacienda de beneficio, por lo que era llamada Hacienda del Cura. El general José de Orio y Zubiate la adquirió después y la heredó a su hija Nicolasa, quien decidió construir una capilla a Santa Rita en 1731, por el bien de su alma.
La hacienda y la capilla fueron cambiando de dueño hasta 1837, cuando el Cabildo puso un hospicio para pobres. Con las leyes de desamortización la capilla cayó en manos de un liberal que no tuvo escrúpulos en venderla a un estadounidense. La Diócesis de Chihuahua adquirió los derechos en 1949 e inició su restauración. A las tres de la madrugada del 22 de septiembre de 1968, las abundantes lluvias derrumbaron su nave y cabecera. Se inició su reconstrucción el 27 de octubre de 1971 y se entregó al servicio del pueblo el día de Santa Rita de 1973. "Y es de nuevo el signo de la presencia divina entre los hombres", reza la cartela al lado izquierdo de la entrada. Es una pequeña capilla blanca y sencilla, construida de adobe y cantera en estilo barroco. La fachada lisa rectangular está limitada por una cornisa de cantera con un frontispicio triangular. En el lado derecho hay una pequeña torre de dos cuerpos de sección cuadrada, a cada lado un arco de medio punto flanqueado por pilastras lisas, con capitel sencillo. Los dos cuerpos de la torre tienen el mismo diseño y están divididos por una cornisa barroca de cantera. Su pesada puerta de madera está enmarcada por un arco de cantera flanqueado por dos columnas que sostienen la cornisa sobre la que descansa un ventanal y, sobre éste, un pequeño nicho guarda la imagen de un niño.
El interior del templo es de una sola nave, el mobiliario es austero, dos filas de bancas de madera y destaca la forma del presbiterio, así como del sagrario, con ornamentos incrustados en el muro de excelente factura, hechos de cantera de color rosado. Sobre el sagrario la imagen de la santa con la espina clavada en la frente, a los lados el Cristo crucificado y la Virgen María. Una pequeña imagen de Santa Rita sobre una urna en la pared es depositaria de los "milagros" que los devotos dejan en agradecimiento por algún favor concedido por su intercesión. Al otro lado, una placa circular recuerda el jubileo de la Diócesis. En esos mismos muros se pueden admirar las estaciones del Viacrucis labradas en piedra.Vale la pena una visita a este templo, uno de los más antiguos del Chihuahua colonial.
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