El Heraldo de Chihuahua26 de agosto de 2009
Flora Isela Chacón
Construido en la época de la Colonia para dotar de agua corriente a la ciudad de Chihuahua desde uno de los ríos cercanos, el Chuvíscar, el acueducto de Chihuahua fue en su tiempo una de las obras hidráulicas más importantes, cuya edificación comenzó en diciembre de 1751 por órdenes del entonces virrey don Antonio María de Bucareli y Ursúa, conde de Revillagigedo.
Con cerca de cinco kilómetros de extensión, el acueducto representó entonces una de las obras más útiles ya que fue posible llevar hasta la entonces lejana población de la capital, las aguas del río Chuvíscar, aunque en un principio fue detenida la construcción en 1768, cuando el capitán Lope de Cuéllar ocupó los fondos para atender las operaciones contra los apaches y comanches, continuando diez años después los trabajos al hacer llegar agua a la Alameda Vieja y establecer las primeras fuentes públicas.
Posteriormente, se hicieron varios cambios a la red de canales y se construyó una acequia transversal que llevaba el agua hasta la hacienda del minero Andrés Manuel Martínez, situada cerca del Santuario de Guadalupe popularmente conocido como El Mortero. Luego de instalarse las primeras secciones de cañería metálica por Guillermo Hagelsieb, la inauguración tuvo lugar el 2 de junio de 1895, cuando se pusieron en funcionamiento los filtros para purificar el agua; tras lo que vino el proyecto de crear una presa de almacenamiento con lo que la presa Chuvíscar se convirtió en una realidad, para ser inaugurada el 16 de septiembre de 1908.
De gran extensión, hermosas piedras y grandes arcos, el acueducto era una obra que llamó la atención por su funcionalidad y belleza, rasgos que ha perdido al paso del tiempo. Actualmente se conservan sólo cuatro kilómetros de la construcción inicial que preserva gran parte de la arquería original, que sin embargo, luce dibujos y grafitis, basura y hasta yerbas, aun cuando apenas el año pasado se dio a conocer que el acueducto sería reestructurado como parte de las actividades por el tricentenario de la fundación de la ciudad, ya que se trata de una de las obras más representativas del desarrollo económico y social de esta capital.
Fundamental en el pasado de Chihuahua para poder llevar el agua de extremo a extremo de la ciudad, el acueducto sólo ha sido rescatado en alguna de sus partes como en el caso del Parque del Acueducto, siendo otros tramos como el de la colonia Guadalupe donde ha sufrido su mayor deterioro. Lo ideal sería que al llegar a la fecha del tricentenario todo el acueducto en su extensión fuera objeto de un importante rescate patrimonial, ya que considerado como una importante joya arquitectónica, la construcción aparece incluso en el escudo de Chihuahua, para no olvidar dónde estaría usted.

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