Siendo las 6:15 de la tarde del domingo 18, poco a poco se fue abriendo el telón del “IBART” y a contra luz podíamos observar la silueta de dos charros quienes haciéndose acompañar de una guitarra interpretaban la primera parte del “Corrido de don Pedro”, con letra de Manuel Talavera y música de Luís Heraclio Sierra. Fue como dio inicio esta puesta en escena “Pedro Páramo”, original de Juan Rulfo.Es la clásica historia de un rico hacendado dueño no solo de sus tierras, pues con el poder que da el dinero, muchos como él en aquellos años abusaron y se apoderaron de las hijas de sus trabajadores y en muchas ocasiones hasta de las mujeres de estos, preñándolas y usando reiteradamente la fuerza así tuvieran que matar a los padres, esposos o novios que tuvieran la osadía de atreverse a defenderlas.
Con una buena adaptación y una extraordinaria dirección, en esta puesta los 14 actores en escena brindaron al respetable una excelente actuación, demostrando su profesionalismo al no existir entre ellos poses de divos porque en este trabajo tal parece escogieron a los grandes de esta institución, porque hasta el papá de los pollitos demostrando la humildad que le caracteriza se prestó como actor y se dejó dirigir por Federico Valencia y me estoy refiriendo al maestro Mario Humberto Chávez.
Pero como en muchas ocasiones pasa, no siempre el protagonista es el que se lleva las palmas. En esta ocasión y como siempre en opinión muy personal, creo que el personaje mejor interpretado fue “Fulgor Sedano”, encarnado por Manuel Talavera pues actuó con mucha naturalidad y seguridad sobre el escenario, claridad en su texto y con un muy buen ritmo amen de la excelente caracterización, seguido muy de cerca por Mario Humberto Chávez quien encarnaba al padre Rentaría que aunque sus intervenciones fueron relativamente cortas, la sola presencia del maestro Mario Humberto impacta sobre el escenario.
En fin que fue una excelente puesta por parte del director y todos los actores que participaron y para finalizar aparecen de nueva cuenta las siluetas a contra luz de los dos charros que nos cantaban la segunda parte del corrido compuesto a “Don Pedro Páramo” cerrándose poco a poco el teló.
Fin.
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