"La vida es una caricatura y la política una comedia"
Entrevista a Francisco Ochoa
http://www.oem.com.mx/elheraldodechihuahua/notas/n1622132.htm
El Heraldo de Chihuahua
5 de mayo de 2010
De la redacción
Chihuahua, Chihuahua.- Conocí los cartones de Francisco Ochoa hace muchos años primero de "oídas" y me convertí de inmediato en su asidua lectora. Me platicaron y lo confirmé posteriormente de su fino humor, de la complejidad de los trazos limpios y sencillos en sus caricaturas pero sobremanera todos hablaban de "Parral. Capital del Mundo" y su más notable personaje: Chano Duarte. Y mi curiosidad y admiración me llevó a contactarlo para que me concediera una entrevista.
Hablé con él por teléfono, le hice la solicitud mencionada, aceptó de inmediato y de muy buena gana. Nos citamos en la plazuela de un centro comercial, muy cerca de su estudio. Llegué puntualmente y sin haberlo visto ni siquiera en una fotografía prácticamente supe que era él. "¿Es usted el señor Ochoa?". Respondió con una afirmativa sonrisa. Es un joven caballero de siete décadas, alto, pelo cano, andar seguro, mirada franca, frases claras y cortas. Caminamos hasta su domicilio profesional "laboro de lunes a domingo" me dijo. La casa está llena de recuerdos, alguna imagen religiosa por ahí, papeles por aquí y por allá, un pequeño refrigerador, un ventilador. No es un lugar para recibir visitas, es para trabajar y cada cosa que ahí se encuentra sirve para tal fin. Claro, en otra habitación está su restirador y otra vez muchas y muchas hojas por doquier. Fui testigo de caricaturas inéditas, de una apilada e inmensa colección de sus caricaturas "El Tacos de Agua", "Don Concho, un político a la mexicana", "Parral. Capital del Mundo" y de su visión crítica y aguda de la realidad política del estado y del país.
Confiesa que nació el 11 de octubre de 1937 en San Francisco del Oro, Chihuahua. "Cuando presumo que soy de Parral, luego me encuentro con personas que no simpatizan mucho con los oriundos de aquellas tierras, entonces les aclaro que soy de El Oro". Sus padres fueron don Florencio Ochoa y doña Elvira González. "Mi mamá era de Mapimí y mi papá también de Durango. Él vino a trabajar al mineral de El Oro junto con mi abuelo". Declara que él formó su familia en la Ciudad de México, donde vivió por años; llegó a la región más transparente el 24 de febrero de 1976 y regresó el 7 de diciembre de 1986. "Fui a México a aprender, a tratar de aprender, lo que ahora trato de hacer". Estudió un año y medio la carrera de Medicina de la que asegura sentía una gran vocación, pero la actuación de algunos médicos "traficantes del dolor" lo hicieron desistir. Se declara dibujante de historietas mucho más que caricaturista. A los nueve años de edad lo operaron de emergencia del apéndice -esto en la ciudad de Torreón- y una pareja amiga de la familia le llevó una revista que se llamaba Spirit. "Cuando leí la historieta se me reveló mi futuro", recordó con alegría. Empezó dibujando en los libros de texto, en los cuadernos, a sus compañeros de clase y a los jefes en sus trabajos. Para llegar a la historieta tuvo que recorrer un camino muy largo. Consiguió empleo en la capital en oficinas "sin saber escribir a máquina, ni usar calculadoras y aprendiendo sobre la marcha".
"Uno de mis jefes de aquel entonces fue Oscar de la C, español de origen -rememora- a quien todos teníamos miedo. Un día lluvioso llegó con una gabardina azul nueva y se parecía tanto al inspector de la Pantera Rosa que me pareció muy cómico... y le hice una caricatura la cual dio vueltas por toda la oficina. Cuando terminó la jornada, recogí el papel y lo guardé en mi escritorio. Al día siguiente ya no la encontré, cuando llegó mi gerente de ventas, me mandó llamar... pensé que era un tema de trabajo. Tenía una cara de piedra, mirada fija y penetrante. ¡Siéntate! Saca la caricatura y me pregunta "¿tú hiciste esto?". "Me va a correr", pensé... "Sí, señor, yo la hice..." ¡oye! "¿Me puedes hacer una caricatura de Míster Olver? Es el día de su cumpleaños y quiero regalársela".
No sabe si actualmente hay escuelas para caricaturistas o para historietistas, pero no en aquel entonces. Por eso es que pasó por los estudios de dibujantes profesionales como ayudante para aprender el oficio. Trabajó para Gabriel Vargas en la famosa Familia Burrón y posteriormente en Los Penitentes. Le ofrecieron trabajo en escritos serios y así fue como hizo la serie "Flecha Veloz", un apache que luchaba contra soldados y bandoleros. También colaboró en las famosas fotonovelas tomando las fotografías, dirigiendo, escribiendo el guión y peleándose con los actores porque no pagaban bien. Recuerda que ahí se iniciaron entre otros muchos, los ahora famosos Olga Breeskin y Andrés García. Sus dos hijos también dibujan -hijos de tigre...- pero no lo hacen profesionalmente, sino por simple gusto o pasatiempo.
Actualmente hace la historieta "Don Concho, un político a la mexicana" (lo empezó a hacer para el Diario de México y ya tiene 28 años publicándose ininterrumpidamente) la cual vende a la Agencia Mexicana de Información (una importante distribuidora nacional). Es un trabajo pesado porque es una historia grande diaria y todos los días debe dibujar una anécdota política. Dice que relativamente pagan bien aunque no con la puntualidad que debieran. La crisis económica afecta primero que a nada a los periódicos, por la falta de anuncios. Aunque reconoce en El Heraldo a su mejor cliente.
"Chano Duarte es un personaje"
*
"Porque en sí mismo él era todo un personaje -asegura categóricamente-. Uno como caricaturista no puede inventar nada; lo que hacemos es tomar la esencia de las cosas y de las personas y transportarlas al papel en forma humorística. Los personajes nacen de la realidad, no de la ficción del artista". Me explica que la tira "Parral. Capital del Mundo" nació por accidente y de manera obligada. "Cierto día, -expuso- llegué a El Heraldo a entregar mi caricatura. El director era Alejandro Irigoyen y el gerente Raúl Ramírez. Al pasar a la oficina del primero me encontré con los dos. El gerente y yo teníamos un cierto pique simpático porque yo le decía "Oye Raúl, ¿qué se siente ser de Chihuahua y no haber nacido en Parral?"... y ese día me lanzó un reto. Me dijo -"oye tú parralense balín, ¿por qué no haces un cartón de tu tierra?". En principio me negué, -"no viene al caso", le dije... pero Alejandro me ordenó -"paisa, no se hable más, mañana me trae el primer cartón de Parral...". -"No tengo tiempo, alegué a mi favor, tengo mucho trabajo" -"pero hay que callarle la boca a éste, me dijo... eso fue en 1989, tres años después de haber iniciado mi colaboración en El Heraldo".
Y por la tarde noche que buscaba cumplir la tarea, se acordó de la famosa frase "Parral. Capital del Mundo", "pero en principio no pensé en Chano". Los primeros cartones fueron sin personajes. Adaptaba anécdotas.
Historiadores vs. cartonistas:
Bien se acuerda de cuando "Dibujé una historia en la cual llega el comandante de Parral a donde supuestamente habían robado una joyería. Haciendo un boquete en la pared. ¡No!, dijo la autoridad, los rateros que entraron aquí no son de Parral, porque los de aquí hacen un agujero para entrar y otro para salir". Ese cartón lastimó susceptibilidades. Un famoso historiador -paisano- mandó una carta a El Heraldo para quejarse porque decía que me burlé de los parralenses y bla bla bla. Cuando hablé con el director me preguntó -"oye, ¿te estás burlando de los parralenses?" -"¡No!, le dije, los parralenses tienen mucho sentido del humor, ¡se burlan hasta de ellos mismos!".
"Una vez que regresé a trabajar después de vacaciones, no tenía tema para mis cartones. De qué voy a hablar, si estoy desconectado. Para acabarla de amolar ni siquiera estaba en la Capital del Mundo, sino en la Ciudad de México Y entonces me acordé de las anécdotas de Chano y Eloy".
Y se acabaron sus problemas de inspiración, pero las dificultades las tenían Chano y Eloy porque ambos se acusaban mutuamente de pasarle los tips a Ochoa. Nunca tuvo diferencias con ninguno de ellos. Chano, asegura, tenía un gran sentido del humor. Era feliz con sus apariciones. Y hasta le llegaron a llamar desde los Estados Unidos para preguntarle si realmente él existía y con la promesa de ir hasta la capital del mundo a conocerlo y saludarlo y Chano les decía, "sí, ven cuando quieras, aquí te vendo unas botas". "Cuando iba yo a Parral Chano me invitaba a su rancho y fue cuando tuve la oportunidad de conocerlo tal cual era, tuve muchísimas pláticas con él.... Chano y Eloy eran muy amigos... y no sólo ellos, sino también sus respectivas familias; eran como una sola familia... Chanin y César, hijos de Chano, llegaron a pasarme tips".
Asegura emocionado que Chano Duarte está más vivo que nunca ahorita... y estaría feliz de la vida con la candidatura de su hijo. Por cierto -me contó como para que no se lo dijera a nadie- César tiene la costumbre de manejar a altas velocidades. "Y un día nos fuimos Eloy, su papá y yo con él como chofer". Le advirtieron de inmediato que condujera con prudencia y baja velocidad, le leyeron la cartilla. "¡A no más de cien...!" Y él prometió obedecer. Pero ya en la carretera, la inercia lo llevó a ciento veinte. Chano iba sentado junto a él y Eloy vigilaba el velocímetro. Cuando su padre le dijo que iba muy aprisa César se defendió diciendo "no hay problema, Dios va con nosotros". "No te creas, César -le respondió Chano- ¡Dios se bajó cuando pasaste de los cien kilómetros por hora!".
"Chano fue atrabancado, sincero y aunque yo siempre lo dibujé como ranchero -que sí lo era- fue un hombre muy culto. Fue educado por mormones. Hablaba perfectamente el inglés. Le gustaba y sabía mucho de música clásica. Hombre muy informado, siempre estaba leyendo. Yo sólo tomé de él su lado chusco. Los hijos de Chano jamás se ofendieron por el personaje inspirado en su padre, excepto una de ellas que se sintió mucho cuando dibujé a Chano llegando a la cárcel de mujeres y le dijo al guardia "Vengo a la visita conyugal", "¿con quién?" le preguntó el policía "¡con una disponible!", respondió Chano".
Francisco Ochoa ha sido Premio Nacional de Periodismo 1987 gracias a Don Concho. En 1984 recibió la estatuilla Tlacuilo de Oro. Sus caricaturas se leen en una gran cantidad de periódicos del país, en Estados Unidos y en España (donde le piden más sobre el Tacos de Agua). "Me contaron -me lanza orgullosamente- que en el edificio de la Real Academia de la Lengua Española está un cartón original mío de Chano". Ha expuesto su obra en México, en Parral (no podía faltar), en Chihuahua. Ha caricaturizado a presidentes nacionales y extranjeros. "De todo se hace en cuarenta y dos años en este oficio". La inspiración del cartón político le llega en la soledad de su estudio, leyendo periódicos, oyendo noticieros....
"La vida es una caricatura -filosofa- porque la parte fundamental de la creación no es el amor, es la ironía. La política es una comedia. La caricatura política es una catarsis que conviene a los gobiernos. Uno se ríe y tiene un desfogue. Echa fuera muchas cosas negativas. Antes los periodistas, los caricaturistas teníamos temas tabúes: la iglesia, el ejército y el presidente. Ahora ya no es así. Aunque hay riesgos de una que otra mentada, tenemos libertad para expresarnos. Pero sí, hay grupos delictivos que no tienen sentido del humor y es mejor ignorarlos como argumento".
Dice con fina modestia: "lo único que hice fue hacer pasar a un personaje real a transformarlo en un personaje en papel. Chano es todo un personaje. Y a veces dudo si yo lo hice famoso a él o él me hizo famoso a mí, y creo que la verdad es lo último. Fue un hombre que creó a una gran familia; tenaz, trabajador, responsable, honesto, que dio a sus hijos un buen ejemplo. En cada uno de sus ellos está el reflejo de Chano. El más conocido es en este momento César, pero en cada uno de los otros se refleja a Chano el hombre. Yo conozco bien a César, y le veo tamaños de estadista más que de político. Él se preocupa bastante por las generaciones futuras. César, como su padre, no sabe mentir".
(lic.keilaramos@gmail.com)
Eloy: El que ha perdido la razón, no ha perdido nada...
Chano: Pero el que ha perdido el sentido del humor lo ha perdido todo.
Francisco Ochoa González
http://furiagris.com.mx/sitio/?p=3076
may 16th, 2010
Por Ricardo Urquidi
En Parral existen a través de su historia personajes que no tan solo han dado prestigio y fama a todos los niveles de la actividad humana, han dado ejemplo de nuestra peculiar idiosincrasia de todo el habitante del sur del estado, no tan solo de la llamada Capital del Mundo, también de Santa Bárbara, de El Valle de Allende, De San Francisco de El Oro, de Balleza.
En cada ciudad del sur del estado grande, existe un regionalismo muy acendrado en todos los que tuvimos la fortuna de nacer en estas tierras benditas, es común que los capitalinos, los delicienses, los de Cuauhtemoc, los Juarenses, todo el chihuahuense, todo México que nos escucha narrar nuestro pasado, nuestros personajes, nuestras anécdotas, con ímpetu y vehemencia que para ellos no es común, nos tilden de poetas y locos, con graves problemas de raíces, que no nos hemos cortado el cordón umbilical.
Uno de los personajes que ya forma parte de la historia de Parral y su región es: “Chano Duarte”, Padre del candidato a la Gubernatura del Estado: César Horacio Duarte Jáquez.
Cresenciano Duarte Tarin nace un 15 de Julio de 1923 en Balleza, su Padres gente de campo tuvieron la oportunidad de brindarle educación bilingüe por lo que Chano Duarte estudio en Estados Unidos para luego regresar estudiar comercio y heredar las actividades del campo de sus Padres.
Llego a ser Secretario del Ayuntamiento de Balleza en 1944, ganadero de vocación, Comerciante de Botas Finas por Tradición y parralense por adopción al venir a residir a Parral en 1945, donde contrajo matrimonio con la señora Blandina Jáquez, formando una familia de diez hijos; Manuel Ignacio, Carmen Sofía, Crescencio, Sixto, Ricardo, Lourdes, Olga, Mario Héctor, Cesar Horacio y Alejandro.
Al llegar a Parral conoce a otro parralense adoptivo: Francisco Ochoa.
La fama de Chano Duarte es inmortalizada por un santabarbarino; Francisco Ochoa, “Pancho” Ochoa, caricaturista quien a través de sus tiras cómicas: “El Licenciado Reborujo”, “Parral La Capital del Mundo”, supo plasmar en tres cuadros, en tres ideas y un cartón diario, la más pura idiosincrasia del habitante del sur del estado.
A través de Chano Duarte, de Eloy Morales, de Nacho Gutiérrez por citar algunos, los cartones de Pancho Ochoa dieron la vuelta al mundo, en ellos los parralenses, los santabarbarinos, los ballezanos, los valleros, los de San Pancho de El Oro, nos reímos de nosotros mismos, una cualidad que todo el estado, el país, el mundo nos envidia, esa rara cualidad que tenemos de reírnos en una catarsis eterna.
Los personajes que a través de Organización Editorial Mexicana fueron conocidos en todos los rincones del país, parecían salidos de una fabula de Esopo, de una alegoría Infantil, de una ironía consuetudinaria, de una sátira a la sabiduría, los michoacanos por tan solo citar un ejemplo, de los muchos que se dieron en el país y el extranjero, en vez de cuestionar la existencia real de los personajes, admiraban la creatividad de Pancho Ochoa, cuando lo único que hacia era dibujar un retrato fiel de todas las puntadas que en Parral y su región se nos ocurren, riéndonos de la vida, riéndonos de todo lo que nos acontece.
Algunos amargados, de esos que toman muy en serio la vida, cuando al final del camino de todos modos se va reír de ellos, no se porque pero se enojaban con los cartones de Ochoa, mientras a la mayoría nos dolía el estomago de tanta risa que nos provocaban las puntadas de Chano, de Eloy, de Nacho, que no eran mas que todas las anécdotas que por siglos, a través de las familias nos hemos pasado de generación en generación.
Cresenciano Duarte Tarín falleció el 24 de febrero del año 2002, su partida física dolió como cuando se dice hasta luego al amigo, porque su imagen siempre estará y será parte de la historia de Parral y el sur del estado.
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