«Internet ha permitido que el acceso a la cultura se democratice y que cualquier persona, sin importar dónde se encuentre, pueda admirar el arte de maestros como Rembrandt, Van Gogh, Juan Gris o Manet. Además, la tecnología utilizada para este proyecto permite un nivel de detalle verdaderamente asombroso, por lo que la experiencia de cada usuario al visualizar el cuadro será distinta», explica Javier Rodríguez Zapatero, director de Google España.
Cada uno de los museos ha colaborado exhaustivamente con Google, aportando su experiencia y orientando en todas las etapas del proyecto, desde la selección de las colecciones que debían integrar el proyecto y aconsejando sobre cuál era el mejor ángulo desde el que tomar las fotos, hasta sugiriendo qué tipo de información debía acompañar a la obra de arte. Cada una de estas imágenes contiene alrededor de 14.000 millones de píxeles, lo que equivale a más de 1.000 veces el detalle que se conseguiría con una cámara de fotos normal. En el proyecto pueden verse obras de arte tan distintas como El nacimiento de Venus, de Botticelli, No Woman, No Cry de Chris Ofili, obras postimpresionistas de Cézanne o iconografía bizantina; incluso nos podremos trasladar de los techos de Versalles a los templos del Antiguo Egipto, o de una colección de Whistler a Rembrandt. En total se han incluido en el proyecto 486 artistas de distintos puntos del planeta.
Igual que pasear por el museo
Gracias a la tecnología de Street View, que Google emplea en sus callejeros urbanos, los usuarios podrán moverse virtualmente por las galerías de los museos y seleccionar las obras de arte que más les interesen. Podrán hacer clic en ellas para obtener más información o ver las imágenes en alta resolución cuando estén disponibles. El panel de información permite que se pueda acceder a más detalles sobre la obra de arte, que se encuentren más trabajos de ese artista o que se acceda a vídeos relacionados en el portal YouTube.
Mejor que en vivo
Cada uno de los 17 museos seleccionó una obra de arte para fotografiarla a un nivel de detalle extraordinario, utilizando para ello una tecnología fotográfica de gigapíxeles o súper alta resolución. Cada imagen de este tipo contiene aproximadamente 14.000 millones de píxeles que permiten que la persona que la contempla pueda estudiar detalles como la pincelada y la pátina de una forma que no podría apreciar a simple vista. Detalles difíciles de identificar emergen de repente a la superficie, como la minúscula copla latina presente en la obra de Hans Holbein el Joven, Retrato del mercader George Gisze, o las personas ocultas detrás de un árbol en la obra de Ivanov, Aparición de Jesucristo ante el pueblo.
Además, los museos han proporcionado imágenes de alta resolución para una selección de más de 1.000 obras de arte. Este nivel de zoom permite que los amantes de la pintura puedan ver detalles minúsculos de los cuadros que posiblemente nunca habían visto de cerca, como las personas en miniatura en el río que aparece en la pintura de El Greco, Vista de Toledo, o los puntos individualizados en la obra de Seurat, Una tarde de domingo en la Isla de la Grande Jatte.
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