Autor: Elena Guiochíns.
Dirección: Said Corral.
Reparto: Cristina Torres, Heber Villegas, Andrés Cháidez, Georgina Ayub, Edgar Reyes.
Sinopsis: La muerte de Nuc, significa devastación para su aldea, el conflicto que genera a cada uno de los miembros, principalmente a sus padres, pos la culpabilidad de saber que sucedía, y nade hizo nada por ayudarla. [sic.]
Pros:
Música y efectos de sonido sonando en vivo.
La dramaturgia es interesante, conmovedora y entretenida.
Contras:
De su anterior versión a la de ahora hay un bajón importante.
Actuaciones disparejas, unas brillantes, otras, no tanto.
Depende mucho de la narración, y las partes narradas son aburridas.
El detalle:
Nos damos cuenta de cuánto puede afectar un cambio en cualquier proyecto. Hace apenas meses Nuc era un trabajo con muchísima alma, hoy día la ha perdido; no en un sentido estético solamente, sino que se ha desconectado como montaje.
Clasificación:
Para quien disfrute de un texto con contenido e historia, principalmente gente madura que no caiga en la risa fácil al escuchar una referencia sexual. Sí, les estoy hablando a ustedes, niños de ayer.
Qué te pasó, Nuc. Antes eras chévere. La Crítica:
"- ¿Por qué duele tanto ser mujer?
- Porque no podemos ser lo que somos, sino lo que nos dejan que seamos."
Hablemos de la versión actual, lo de antes quedó allá.
Nuc, es la historia de la corrompida, de la chingada –diría mi amigo Octavio-, de la ultrajada feminidad mexicana por parte del extranjero y las consecuencias que ha dejado para un pueblo que sigue llorándole a esa primera Malinche.
La historia, la forma en que está contada y la dirección que realiza Corral me parecen muy adecuadas en cuanto a la concatenación de ideas, símbolos y narrativa escénica. Se nota que el director entiende su proyecto y que sabe con exactitud qué quiere mostrar y el porqué de las cosas; será que hay una preocupación excesiva en la forma que altera la esencia y el alma del producto final. Hablaremos más delante de ello.
Una de las virtudes más importantes que tiene Nuc se muestra desde antes de la obra, ya que la música de sala crea una atmósfera muy coherente con lo que se verá y con la estética propuesta. Luego, en el momento en que se abre el telón, se refuerza esta idea con música “maya” (no lo sé de cierto, pero lo supongo. Diría el buen Jaime) en vivo, lo cual hace que el público se involucre desde el inicio con la estética propuesta. Personalmente encuentro esta escena como una de las mejor logradas; aunque debe decir que –al menos en la función que yo vi- el baile carecía de fluidez ante un movimiento que se veía mecanizado, rígido y demasiado meditado en la búsqueda de su precisión. Entiendo que es una coreografía, pero se agradece cuando los estímulos propios del baile se hacen presentes de manera que se vea casi intuitivo, como una danza autóctona si vamos al concepto manejado.
Durante toda la obra estaremos escuchando música y sonidos creados por parte de los participantes en la escena. Para mí, lo mejor logrado del montaje.
En cuanto a las actuaciones hay una descompensación notoria; mientras hay personajes muy comprometidos en lograr algo definido, otros parecen jugando a actuar, no vemos personajes, vemos actores que hacen como que son alguien más. Destacaría a Heber Villegas y a Georgina Ayub, ya que pudiendo caer en el estereotipo (que se nota es base y no por ello está mal) logran ser muy realistas y mostrarse como seres entendidos de lo que son y lo que hacen en relación con las situaciones que acontecen en la obra.
Siento que hay un descuido en las actuaciones debido a una preocupación por los símbolos que se presentan, es decir por cuidar de una belleza escénica o aspectos que abarquen la forma, no se toma el tiempo de cuidar cada línea de los actores. Por supuesto, habrá quién pueda trabajar así, sin embargo –y de esto podemos culpar al cambio de elenco- pienso que no se cuidaron (o se descuidaron) un tanto las actuaciones.
Nuc es una obra donde se privilegia la narración, es por ello que resulta indispensable que el eje central de la misma sea dinámico. Nuc, la protagonista, nunca alcanza a serlo, cae en un monótono discurso que parece siempre ser el mismo y la obra no avanza.
Hay detalles como el hecho de que no veo una revista Playboy donde se habla de que existe, una violación que nunca sucede, un ruido excesivo en los oscuros; pero son cosas que en este punto ya están sobrepasadas y si no se han querido resolver es por algo.
Por el final, sólo diré que tiene un efecto bastante bueno que, sin embargo –y entendiendo la premura y las circunstancias de Programa Permanente de Teatro-, dura muy poco. Nos gustaría más de ello y de todo lo demás. Que Nuc vuelva a ser lo que fue, un montaje que estaba comprometido y con una energía tremenda. Esperemos que esta crítica, por pobre que sea, alcance a detonar aunque sea mínimamente ese potencial. Hasta la próxima vez que se abra este Telón Digital.
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