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APUNTES SOBRE LA DRAMATURGIA
EUGENIO BARBA
Llamamos dramaturgia a una sucesión de acontecimientos basada en una
técnica que apunta a proporcionar a cada acción una peripecia, un cambio
de dirección y tensión. La dramaturgia no está ligada únicamente a la
literatura dramática, ni se refiere sólo a las palabras o a la trama
narrativa. Existe también una dramaturgia orgánica o dinámica, que
orquesta los ritmos y dinamismos que afectan al espectador a nivel
nervioso, sensorial y sensual. De este modo se puede hablar de
dramaturgia también para aquellas formas de espectáculo – ya sean
llamadas danza, mimo o teatro – que no están atadas a la representación
ni a la interpretación de historias. Existe entonces una dramaturgia
narrativa que enlaza los acontecimientos y los personajes y orienta a
los espectadores sobre el sentido de lo que están viendo.
Esto puede también unir formas y figuras que no cuentan historias
pero que van devanando variaciones de imágenes. Y existe una dramaturgia
orgánica o dinámica que apela a un nivel diferente de percepción del
espectador, es decir su sentido cenestésico y su sistema nervioso. En
realidad, cada escena, cada secuencia, cada fragmento del espectáculo
posee una dramaturgia propia. La dramaturgia es una manera de pensar.
Es una técnica que nos permite organizar los materiales para poder
construir, develar y entrelazar relaciones. Es el proceso que nos
permite transformar un conjunto de fragmentos en un único organismo en
el cual los diferentes trozos no se pueden ya distinguir como objetos o
individuos separados. Podemos hablar de una dramaturgia global del
espectáculo y una dramaturgia para cada actor, una dramaturgia para el
director y una para el autor. Incluso podemos mencionar una dramaturgia
para el espectador, que consiste en el modo en que cada espectador
vincula lo que ve en el espectáculo a lo que pertenece a su propia
experiencia y lo llena con sus propias reacciones emotivas e
intelectuales.
La dramaturgia crea coherencia. La coherencia no significa
necesariamente claridad. Es la complejidad que anima una estructura y
permite al espectador llenarla con su propia imaginación e ideas.
Los materiales de actuación
La actuación trabaja y se constituye sobre tres tipos de relaciones:
1. Entre lo “visible” y lo “invisible”.
Entre el diseño exterior y lo mental, incluyendo en este último concepto
las imágenes personales del actor y las motivaciones utilizadas para
ejecutar la acción. Es un trabajo del actor sobre sí mismo, desentendido
de la relación con los otros compañeros y el público. En este nivel el
actor opera sobre su propia energía realizando las partituras de
movimientos entre dos polos: forma vs precisión.-
2. Entre el actor y el espacio, el tiempo, los objetos, la música, el
texto (en tanto que sonoridad a trabajar con la voz), los silencios,
las luces, el vestuario y los compañeros de escena.
El actor trabaja su relación con “lo otro que está en escena”. Este
plano de relaciones abarca la objetividad escénica y la textualidad
(texto, hechos particulares de los personajes, historia en su totalidad)
Es la relación que el actor entabla con otras realidades (objetos y
sujetos) exteriores a su organismo psicofísico. El actor deberá realizar
operaciones de transformación sobre estos objetos y sujetos, los que a
su vez crearán tensiones y transformaciones en el propio actor.
La introducción de un accesorio en el espectáculo significa la
presencia activa de un “compañero” (alguien/algo) que nos ayuda a
reaccionar. Tengo que descubrir las “vidas” del objeto, sus múltiples
utilizaciones, no sólo funcionales sobre la base del objeto mismo, sino
sugestiones, invenciones, “encarnaciones” sorprendentes. ¿Cuál es su
columna vertebral? ¿Cómo trabaja? ¿Puede marchar, bailar, volar,
deslizarse? ¿Y su dinamismo? ¿Es veloz? ¿Puede hacerse lento? ¿Es
pesado? ¿Puede volverse ligero? ¿Qué asociaciones nuevas puede
despertar? ¿Cómo lo puedo manipular siguiendo la lógica de esas
asociaciones? El objeto tiene “voz”. ¿Cómo hacer surgir sus
potencialidades sonoras, cómo estructurarlas en melodías, en acentos que
subrayen las acciones (1)?
Si le permitimos al objeto descubrir su libertad, su emancipación
frente a nuestro control, obligamos a nuestro cuerpo/mente a estar
totalmente presente, listo para reaccionar frente a las tareas más
sencillas. No intentamos “expresar” algo. Intentamos sólo ejecutar,
estar en la acción con toda nuestra presencia (2).
El actor deberá entonces enmarcar la objetividad (lo otro que está en
escena) en esquemas ficcionales, en contextos narrativos o
descriptivos, en los cuales actuará transformando esa objetividad y
transformándose. La tarea del actor en este segundo nivel de relaciones
no es sólo energética, sino esencialmente lingüística. Si el primer
nivel es el dominio del cuerpo, este segundo nivel es el dominio del
lenguaje.
Cuerpo y lenguaje son las dos riberas firmes que encauzan el fluir cálido y evasivo de la sangre de la actuación escénica (3).
Coincidimos con José Luis Valenzuela en que esa palabra, ese lenguaje
es siempre del otro entendido como ese sistema de convenciones
significantes que se nos impone y que regula la construcción de nuestro
decir inteligible (4).
3. Entre el actor y su público.
El tercer nivel es el de la totalidad, es el tejido que revela patrones,
matices, colores, dibujos; es la mina de la cual cada espectador va a
extraer los significados. Es el nivel en el cual hay una elaboración
precisa por parte del bailarín/actor para crear imágenes, asociaciones
en el espectador, para dirigir su (a)tens(c)ión hacia perspectivas
inusuales o inesperadas (5).
Es en este nivel donde aparece la significación y donde el actor
seduce al espectador, lo hace reaccionar, lo induce a pensar, se
transforma en la causa de su deseo.
Cenestesia (del griego koiné, común y áisthesis, sensación),
etimológicamente significa sensación o percepción del movimiento. Son
las sensaciones que se trasmiten continuamente desde todos los puntos
del cuerpo al centro nervioso de las aferencias sensorias. Abarca dos
tipos de sensibilidad: la sensibilidad propiamente visceral
(“interoceptiva”) y la sensibilidad “propioceptiva” o postural, cuyo
asiento periférico está situado en las articulaciones y los músculos
(fuentes de sensaciones kinestésicas) y cuya función consiste en regular
el equilibrio y las sinergias (las acciones voluntarias coordinadas)
necesarias para llevar a cabo cualquier desplazamiento del cuerpo.
Notas:
(1) BARBA, Eugenio; Caballo de plata, Edición especial de Revista Escénica, México, UNAM,1986, pag.20.-
(2) VALENZUELA, José Luis; Antropología teatral y Acciones Físicas.
Notas para un entrenamiento del actor, Bs As, Instituto Nacional del
Teatro, 2000, pag.122.-
(3) VALENZUELA, José Luis; Antropología Teatral y Acciones Físicas.
Notas para un entrenamiento del actor, Bs As, Instituto Nacional del
Teatro, 2000, pag.122.-
(4) BARBA, Eugenio; Caballo de plata, Edición especial de Revista Escénica, Méxixo, UNAM, 1986, pag.120.-
(5) BARBA, Eugenio; Caballo de plata, Edición especial de Revista Escénica, México, UNAM, 1986, p.13.-
(6) BERNARD, Michel; “El cuerpo”, Ediciónes Paidós.-
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