El próximo destino de esta joya pictórica de Rivera es el Museo Dolores Olmedo, en Xochimilco, foro que exhibirá la obra a partir del 15 de enero y hasta el mes de junio, antes de que parta nuevamente al Museo Estatal de Bellas Artes A.S. Pushkin, en Moscú, Rusia.
Parte central de la exhibición "Diego Rivera, Epopeya Mural" con la que se conmemoró el 50 aniversario luctuoso del artista mexicano, la emblemática pieza es considerada una caricatura de la sangrienta invasión que hizo Estados Unidos, a través de la United Fruit Company, de una plantación bananera en Guatemala, a comienzos de los años 50.
En la parte central de la obra convergen el secretario de Estado norteamericano, John Foster Dulles, y Carlos Castillo Armas, líder contrarrevolucionario guatemalteco, personajes que celebran la victoria de su operación conjunta, para reprimir la legislación democrática en Guatemala.
Foster Dulles fue quien pronunció la frase que titula el cuadro de Rivera Gloriosa Victoria, articulada para enfatizar el éxito de su conspiración para salvaguardar los intereses políticos y económicos de Estados Unidos en Centroamérica.
El entonces secretario de Estado es acompañado por su hermano Allen Welsh Dulles, quien fuera Presidente de la empresa bananera United Fruit Company, organización que además de contar con extensas propiedades en Latinoamérica también se opuso a las reformas agrarias en la región guatemalteca.
En Gloriosa Victoria, Rivera pintó a los cómplices de los implicados en la intervención estadounidense: John Emil Peurifoy, embajador estadounidense en Guatemala; Jules Dubois, coronel ligado a la Central de Inteligencia Americana (CIA); así como Rodolfo Mendoza Azurdia y Elfego Monzón, militares de la administración guatemalteca.
Sin embargo, la violencia más grande que este cuadro proyecta es formada por los niños y mujeres masacrados que ocupan la esquina inferior derecha de la composición.
El trasfondo de la pintura lo enmarcan campesinos y ciudadanos que se resisten a la imposición militar, mientras que monseñor Genaro Verrolino bendice a los caídos y al nuevo presidente Castillo Armas.
Una de las particularidades de Gloriosa Victoria es la inacabada pintura que Rivera bosquejó en la parte posterior del mismo lienzo, titulada "Retrato de un dirigente del Partido Comunista Mexicano, Dionisio Encinas", la cual fue comenzada en 1951 pero nunca concluida.
Algunas de las obras de Rivera que acompañaron a Gloriosa Victoria en la exhibición "Epopeya mural..." fueron el Boceto para Zapata, realizada en 1931; el proyecto no ejecutado, Apoteosis de las Ciencias Médicas, de 1933, y Estudio para la Cabeza de Esperanza, de 1923.
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