Los tres condenados habían recurrido la sentencia del Tribunal de Apelación (Borgarting Lagmannsrett) al conocerse que un ex acusado en el proceso, cuyo testimonio fue una de las principales fuentes policiales en el caso, y un agente no involucrado en la investigación tenían un acuerdo con una editorial para escribir un libro sobre el robo.
El acuerdo no se conoció hasta después de haber sido dictada la sentencia en segunda instancia.
El Supremo concedió hoy que se había producido un error procesal y que el testimonio del ex acusado quedaba en entredicho, dado que éste fue determinante para fijar la pena de Bjørn Hoen, considerado el "cerebro" del robo y condenado a 9 años de cárcel.
Por ello se ha anulado la sentencia y se ha ordenado un nuevo juicio en apelación.
El testimonio del ex acusado no fue relevante para la condena de los otros dos, de ahí que el Supremo no haya anulado sus sentencias y, por el contrario, haya aumentado las penas, al considerar que los objetos robados son "tesoros culturales nacionales insustituibles".
La pena a Peter Tharaldsen, conductor del vehículo en el que huyeron los ladrones, se ha visto incrementada en un año y ahora es de 10 años y medio; la de Stian Skjold, uno de los autores materiales del atraco, pasa de 5 y medio a 6 años.
Apelación ordenó además el pago conjunto de una indemnización de 294 mil dólares al Ayuntamiento de Oslo, propietario del Museo Munch, donde se encontraban los cuadros.
El otro autor material del robo falleció hace unos meses.
El 22 de agosto de 2004, dos enmascarados penetraron en el Museo Munch, en el centro de Oslo, en pleno día y amenazaron con una pistola a los guardas de seguridad y a los visitantes, a quienes obligaron a tumbarse en el suelo, para llevarse El grito y La Madonna.
La policía noruega recuperó las obras dos años después, en una operación desarrollada en los alrededores de Oslo.
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