La ciudad de Nueva York (EE.UU.) prepara una nueva macro exposición que, de la mano del artista danés Olafur Eliasson, prevé la instalación de cuatro cascadas gigantes en el East River, entre Manhattan y Brooklyn.
Tras el éxito de "Las Puertas", instalado hace tres años en el Central Park, la ciudad se atreverá ahora con "Las Cataratas de Nueva York", una iniciativa que podría aportar a la ciudad más de cincuenta millones de dólares, según sus impulsores.
Para ello, habrá que erigir andamios de entre 28 y 36 metros de altura sobre el nivel del río, por los que se elevará el agua hasta la cima, para luego caer otra vez al East River.
Las autoridades locales explicaron que la pesca y la vida acuática de la zona quedarán protegidas por medio de la instalación de unas piscinas, en las que se filtrará el agua antes de que esta pase a la instalación.
Una de las cascadas se instalará en la base del mítico puente de Brooklyn, según ha trascendido de un proyecto que será presentado oficialmente esta semana por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.
Si se cumplen las previsiones de sus impulsores, la instalación podría aportar más de cincuenta millones de dólares a la economía de la ciudad durante los tres meses en que estará operativa, a partir de mediados de julio de 2008.
Hijo de padres islandeses, Ólafur Eliasson nació en Copenhague en 1967, aunque vive en Berlín, desde donde da a conocer sus obras, que, normalmente, usan elementos de la naturaleza para evocar experiencias sensoriales.
Su obra fue objeto el pasado abril de una retrospectiva del Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York.
Este proyecto recuerda al exitoso "Las puertas", por el que se erigieron 7.503 marcos de puertas de color anaranjado, de los que colgaban telas de color azafrán, que hace tres años se habilitaron por los caminos de Central Park.
Los artistas Christo y Jeanne-Claude experimentaron así con una iniciativa que solo duró 16 días, pero que se convirtió en todo un fenómeno en cuanto a número de visitantes y negocio generado.
Los hoteles con vistas al parque aprovecharon para ofrecer paquetes especiales, que llamaron "Las Puertas", mientras que algunos restaurantes crearon nuevos platos con azafrán.
Museos, galerías y librerías ofrecieron bocetos, libros y todo tipo de material impreso o visual relacionado con los artistas y su proyecto, y la organización Central Park Conservancy, dedicada a cuidar el parque, puso en venta una línea de objetos de recuerdo.
Se calcula que el complejo fue visitado por cuatro millones de personas (1,5 millones de fuera de la ciudad) y generó 254 millones de dólares para la economía de la ciudad.
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