Los firmantes de la carta, entre ellos la historiadora María Rostworowski y el arqueólogo Walter Alva, rechazaron que Yale "pretenda mantener algún poder de decisión y derecho de usufructo" sobre los más de 4.000 restos arqueológicos que Hiram Bingham, descubridor de Machu Picchu, llevó a EE.UU. en 1912 y nunca devolvió.
También suscriben la carta la descubridora de la ciudadela de Caral, Ruth Shady, el presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Marco Martos, la historiadora Mariana Mould de Pease, así como el ex rector de la Universidad Católica del Perú Salomón Lerner.
En septiembre de 2007 el Gobierno peruano firmó un acuerdo con Yale para la devolución de las piezas arqueológicas, donde la universidad estadounidense reconocía la propiedad peruana de los restos de Machu Picchu y se comprometía a su devolución, aunque con controvertidas condiciones.
Entre ellas, la devolución a Perú de 384 de los 4.000 objetos en manos de Yale en un plazo de dos años y el resto en 99 años más, además de la creación de un museo cerca de la ciudadela inca.
Para el arqueólogo y descubridor de la tumba del Señor de Sipán, Walter Alva, en el polémico acuerdo "existen términos poco respetuosos a la soberanía peruana sobre su herencia cultural".
"Perú mantuvo siempre su derecho sobre este patrimonio nacional, y a los firmantes de la misiva nos preocupa que en el memorando Yale imponga condiciones que desconocen nuestra elección soberana sobre estas piezas", dijo hoy Alva en una conversación telefónica con Efe.
Asimismo, Alva consideró "lamentable" que la Universidad de Yale se atribuya "el derecho de decidir lo que nos van a devolver", algo para lo que "no tienen autoridad".
El tema de la devolución de las piezas de Machu Picchu, recientemente elegida como uno de las nuevas maravillas de la humanidad, retomó interés cuando la ex primera dama de Perú Eliane Karp criticó duramente la gestión del Gobierno de la nación andina por el acuerdo con Yale.
En un artículo en el diario estadounidense New York Times, la antropóloga de origen belga y esposa de Alejandro Toledo (2001-2006) denunció que la universidad no reconoce la propiedad peruana de la colección y niega el derecho al país andino a realizar su propio inventario de las piezas.
Bingham, profesor de Yale, llegó a la montaña que alberga Machu Picchu en 1911, guiado por pobladores locales, e instaló una base de campaña para hacer excavaciones en el lugar.
Un año después, el arqueólogo se llevó cientos de piezas del lugar y las dejó en su universidad, que durante años negó que fueran propiedad peruana.
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