El Heraldo de Chihuahua31 de agosto de 2009
En la amplia historia gastronómica de Chihuahua, la producción de quesos ha sido una de sus principales características, y su origen data de los años treinta cuando llegaron los menonitas a lo que hoy se conoce como Cuauhtémoc, y que a través de su idiosincrasia dieron inicio con la preparación de alimentos para autoconsumo.
Relata la historia que entre los productos más importantes estaba el queso, para ello los menonitas hacían uso de una rudimentaria técnica holandesa, que en su región de origen habían producido por siglos y les daba un excelente resultado. Comerciantes de todas las regiones aledañas entraban y salían a los campos menonitas a comprar los productos y llevarlos a otras regiones, así dio inicio una actividad que hasta la fecha se mantiene pero que a la vez le ha dado al estado una distinción inigualable, gracias a la producción de queso con una calidad única.
En la historia de los menonitas aparece don Luis Lara Leos, un comerciante que venía desde Ciudad Juárez a vender dulces y chocolates y hacia su recorrido pasando por Casas Grandes donde tenía una buena relación con la comunidad mormona asentada en esa región. Al llegar a la región menonita, le llamó la atención la producción de queso con una técnica tan rudimentaria pero de una muy buena calidad, se le ocurrió la idea de elaborar un queso con una técnica y calidad que pudiera ser aceptado por toda la comunidad chihuahuense y pudiera ser comercializado. Para tal efecto invitó a un amigo mormón de Casas Grandes apellidado Coll, con quien después de un recorrido por la zona menonita y encontrado buena disposición de los mismos, establecieron una fábrica de queso elaborado con una técnica mixta, compuesta por la técnica holandesa de los menonitas y por la técnica norteamericana del estado de Utah de los mormones, para en 1936 crear lo que ahora se conoce como queso menonita o queso Chihuahua.
A lo largo de gran parte de su historia, la comunidad menonita ha estado formada, sobre todo, por agricultores y granjeros muy tradicionales en sus actitudes. Durante el siglo XX, estos grupos más importantes de Estados Unidos han comenzado a tener un papel más significativo dentro de esta sociedad. Están divididos en varios grupos, algunos de los cuales son más conservadores y están más alejados de la sociedad moderna que otros. A pesar de esto, todo el conjunto defiende el ideal de la comunidad religiosa, basada en los modelos del Nuevo Testamento y el espíritu del sermón de las bienaventuranzas.
Para establecerse en México, adquirieron 100 mil hectáreas en Chihuahua, en las cercanías de San Antonio de los Arenales (que hoy es Cuauhtémoc), municipio de Cusihuiriachi, pertenecientes a la Hacienda de Bustillos del latifundio de la Familia Zuloaga. Las tierras fueron legalmente adquiridas por dos compañías y fue a través de ellas que se les entregó la porción correspondiente a cada familia consistente en alrededor de 40 acres. Esas compañías son las que hasta la fecha poseen legalmente las tierras, y ellas son las que pagan las contribuciones estatales y municipales mismas que a su vez cobran a los colonos.
De esta manera este grupo de habitantes en el estado de Chihuahua ha conservado la preparación de queso lo que ha favorecido a su vez en la producción de leche, y al día de hoy quien visita Cuauhtémoc no puede dejar de llevar un queso, con un sabor tradicional.

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