Organización Editorial Mexicana23 de octubre de 2009
AP
Oviedo, España.-
El calor de centenares de ciudadanos, los tambores y el sonido típico de las gaitas asturianas acompañaron a los galardonados en las ocho categorías del premio hasta un abarrotado Teatro Campoamor de Oviedo, donde en una ceremonia solemne recogieron la prestigiosa distinción. Junto a su esposa, la princesa Letizia, y a la reina Sofía, Felipe dedicó en su discurso unas palabras muy cariñosas a la UNAM, recordando la cantidad de académicos e intelectuales españoles exiliados después de la guerra civil y acogidos por la universidad mexicana hace 70 años.
"En España nunca podremos olvidar la generosidad de la UNAM con muchos de nuestros compatriotas que se vieron obligados a exiliarse a tierras americanas en condiciones difíciles y amargas", dijo el príncipe español. Además, Felipe - cuyo título oficial, Príncipe de Asturias, da nombre a los premios - señaló que la UNAM, con sus cuatro siglos de vida, ha contagiado a la sociedad mexicana y a la de otros muchos países de América Latina el culto a la justicia, la tolerancia y la democracia.
"La UNAM es mucho más que una universidad", añadió. "Ha extendido su labor ejemplar más allá de las aulas y ha creado una amplia red de instituciones culturales para difundir los valores más profundos del espíritu universitario". El rector de la institución, José Narro, recibió el premio de manos de Felipe y en uno de los tradicionales discursos ante el auditorio del teatro, que pronuncian algunos de los premiados, abogó por una universidad que transmite los valores de un progreso más humano y social.
"Aprovechamos la oportunidad que nos ofrece el fracaso del sistema financiero para proponer nuevos esquemas de desarrollo", aseguró Narro. "El gran reto consiste en alcanzar un progreso donde lo humano y lo social sean lo importante". Narro dedicó el premio a los cerca de 300.000 estudiantes y más de 34.000 profesores e investigadores que integran la familia de la UNAM y pidió una educación superior accesible, que erradique el analfabetismo del mundo.
Narro cerró su intervención con el lema de la universidad. "Por mi raza hablará el espíritu", dijo antes de que todos los asistentes rompieran en una sonora ovación. Además de la UNAM, en esta 29ª edición de los premios, el arquitecto británico Norman Foster ganó el Príncipe de Asturias de las Artes, la Organización Mundial de la Salud, con su directora Margaret Chan a la cabeza, fue reconocida en la categoría de Cooperación Internacional y el naturalista británico Sir David Attenborough recibió el Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
Los ingenieros estadounidenses Raymond Samuel Tomlinson y Martin Cooper ganaron el de Investigación Científica y Técnica, el escritor albanés Ismail Kadaré fue distinguido en la categoría de Letras, la pertiguista rusa Elena Isinbayeva ganó en Deportes y la ciudad de Berlín, representada por sus tres alcaldes desde la reunificación, se llevó el Príncipe de Asturias de la Concordia. Cada uno de los galardones, creados en 1981, está dotado con 50 mil euros (75 mil dólares) y una escultura diseñada por el artista Joan Miró.

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