31 de enero de 2011
Ever Haro Guillén
Aldama.- Abajo se vino la arboleda de la plaza de San Diego de Alcalá para ser comercializada como madera para los hornos chipotleros ubicados en la región centro-sur de Chihuahua.
Así lo denunciaron particulares por el reciente derribo de árboles -que por décadas se habían mantenido erectos en el centro de esta localidad, cuya antigüedad se remonta a 300 años desde su fundación- respondiendo a los llamados para evitar la depredación de los recursos naturales que realizan organizaciones como el Frente Campesino de Chihuahua.
Se atribuyó el corte directamente a las autoridades seccionales, quienes manifestaron necesario el derribo de los árboles para evitar afectaciones a las viviendas ubicadas a un costado de la plazuela, así como a las familias que visitan el área turística.
De ahí que el verdor de antaño se tornase en una imagen de troncos mutilados por las sierras automáticas, quienes conforme a los testimonios ofrecidos de manera anónima, terminaron en pocas horas lo que llevó décadas a la naturaleza y a las personas quienes asumieron su cuidado.
En un recorrido por el área se corroboró que una veintena de árboles fueron derribados por completo, lográndose una cantidad considerable de madera que acorde a lo informado terminó como insumo para la producción del chile chipotle en la región, donde la madera se comercializa a precios que ascienden hasta un pesos por cada kilogramo.
Señalaron entonces que el problema denunciado en torno a los municipios de Meoqui, Rosales y Camargo se extendió ahora hacia Aldama, llamando a las autoridades federales a intervenir para regular esta situación que está rompiendo con el equilibrio ambiental de la zona, donde la desertificación está siendo provocada ahora por la acción de los seres humanos.
La comercialización de madera se ha convertido en una manera de vida entre los habitantes de los ejidos ubicados en este punto de la entidad, pudiendo observarse en las brechas la manera en que vehículos pick-up están moviendo las ramas e incluso los troncos partidos de grandes árboles que todavía se ven entre las rancherías.
En el caso del municipio de Camargo se informó que existe una prohibición explícita de utilizar la madera proveniente de álamos y únicamente hay autorización para aprovechar los restos de la poda de los nogales.
La advertencia es que se impondrán fuertes multas a quienes incumplan con esta disposición de carácter oficial, mientras que en otras municipalidades como Meoqui y Rosales incluso se ha llegado a la determinación de evitar expedir algunos permisos para poda de árboles.
En el caso de San Diego de Alcalá se informó que las autoridades municipales fueron quienes autorizaron el derribo de los árboles, así como que la Comisión Federal de Electricidad retiró también otros árboles que representaban un riesgo para las instalaciones eléctricas.
A raíz de esta situación se conoce también que la Semarnat convocó a los productores chipotleros a tramitar un permiso para el acopio de leña, para combatir la tala indiscriminada de árboles, a un costo de mil pesos por cada permiso solicitado a las autoridades.
1 comentario:
muy interesante!! mi familia es de sandiego de alcala y la verdad da mucha pena que esto este sucediendo por qe desde muy pequena yo iba a sandiego y jugaba bajo la sombra de esos arboles estan acabando con lo mas bonito del pueblo
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