Bardem obtuvo el lauro por su actuación en la cinta No country for old men, de Ethan y Joel Coen, que, a la par, mereció los de mejor largometraje y dirección.
Con esta son cuatro las distinciones acumuladas por el español, quien conquistó el galardón de la Sociedad de Críticos de Phoenix, cuyos miembros votaron también por el filme de los Coen como el más relevante, mejor actuación coral, guión adaptado y edición.
A Bardem correspondieron, además, los lauros del Círculo de Críticos de Nueva York y la Asociación de Críticos de Cine de Dallas-Fort-Worth, sin contar sus nominaciones a los premios del Sindicato de Actores y los Globos de Oro.
Trabajar con los Coen fue una aspiración largamente ambicionada por el protagonista de Mar adentro, aunque casi había perdido las esperanzas.
Los Coen, le explicaron algunos amigos cercanos al famoso dúo de cineastas, suelen asumir siempre historias cerradas, muy americanas, en las que no tienen cabida los actores extranjeros.
Cuando recibió la llamada para integrar al reparto de No country for old men apenas podía creerlo, pero no perdió ni un segundo en aceptar la propuesta.
Acostumbrado a trabajar los personajes de afuera hacia adentro, Bardem logró una caracterización casi feroz, de tintes sombríos. Su sola aparición en pantalla es, para muchos "la encarnación del mal".
Su Anton Chigurh semeja una sombra amenazante, con una gestualidad morosa en la vida cotidiana, pero rápida y precisa a la hora de matar. Mi propósito era incomodar al espectador, dijo.
Elegida por el American Film Institute como la mejor cinta exhibida en 2007, No country for old men (No es país para viejos) cuenta ya con 12 premios a su favor, además de candidaturas para los Globos de Oro y el Sindicato de Directores.
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